REFORMA DEL ESTATUTO.

 

Desde el primer número de este año, Noticias UNGS viene acompañando el proceso que ha iniciado la Universidad para reformar su Estatuto General. En los últimos dos meses, la Comisión para la Reforma del Estatuto ha realizado algunos avances significativos en la discusión de los principios generales que declara el Estatuto en su primera parte y en las propuestas de redacción de los puntos iniciales de su articulado. En ese marco, y mientras el conjunto de la comunidad universitaria va tomando posiciones y ampliando el campo de discusión sobre los temas en debate en este proceso, en las páginas que siguen se comenta la reunión en la que tres de los exrectores de la Universidad pudieron discutir estos problemas, y se presentan las posiciones de las tres agrupaciones estudiantiles con representación en el Centro de Estudiantes.

 

 

Los rectores debatieron sobre el Estatuto

 

En el marco del proceso de reforma del Estatuto de la UNGS, se realizó un encuentro durante el cual, bajo la coordinación de la rectora Gabriela Diker, los exrectores de la Universidad José Luis Coraggio, Silvio Feldman y Eduardo Rinesi pudieron exponer sus posiciones. “Es una valiosa oportunidad para escuchar la calificada opinión de los tres rectores que me antecedieron y que nos ayudará a pensar cómo y qué cosas poner en discusión de la norma que estructura la vida de la Universidad”, planteó Diker en su presentación.

 

Las intervenciones siguieron el orden de las sucesivas gestiones rectorales. Comenzó Coraggio, durante cuyo rectorado (1998-2002) se llevó a cabo la única reforma realizada al Estatuto de la UNGS. Coraggio destacó que la Universidad debe poder desarrollarse y crecer, pero siempre con un sentido trascendente que se define en y por la sociedad. El proceso en curso –dijo– “es clave para dejar de ser actores y convertirnos en sujetos creadores, cuestionadores de esa totalidad que es la Universidad, que es parte de un colectivo mayor que es la sociedad. Para ello propuso un principio ético que respete la reproducción de la vida con dignidad, en equilibrio con la naturaleza, en una sociedad democrática y con libertad.

“La Universidad debe poder desarrollarse y crecer, pero siempre con un sentido trascendente que se define en y por la sociedad.”

El problema central –dijo Coraggio– es cómo pautar comportamientos que institucionalicen una cultura universitaria capaz de enfrentar críticamente a la economía y la política liberales y neoliberales, y de desarrollar acciones para el desarrollo de una sociedad que responda a ese principio ético. La Universidad, destacó, debe trascender el comportamiento corporativo en lo interno y en lo externo, así como la lógica del interés y la competencia por recursos o por cargos: “La solidaridad con las víctimas de este sistema del que debemos ser críticos no puede realizarse si no es correspondido con las prácticas ‘internas’ de la comunidad universitaria”.

 

Para Coraggio es fundamental la producción de conocimiento: hacer investigación es clave para no transmitir ideas vacías. También abogó por impulsar una pedagogía democrática, promover el trabajo multidisciplinario y formar profesores idóneos e intelectuales críticos. El Estatuto puede ser también, advirtió Coraggio, un lugar desde donde luchar por evitar la burocratización y la generación de nichos de poder. Coraggio llamó a impedir que la Universidad se convierta en un objeto de disputa, y a evitar el corporativismo. También, a reconocer los conocimientos del personal administrativo y a hacer lugar a la voz de la sociedad local.

“Lo que deberíamos cambiar es el utilitarismo que plantea la cultura neoliberal.”

Sobre el sentido general de la transformación en estudio, Coraggio observó que está muy bien que los Estatutos se revisen y se cambien, “porque son hipótesis que deben adecuarse a los cambios en la vida de las instituciones”. Pero al mismo tiempo invitó a no absolutizar la importancia de estas reformas: podemos cambiar la Ley de Educación Superior –dijo–, “pero lo que deberíamos cambiar es el utilitarismo que plantea la cultura neoliberal”. Y esos cambios, esas transformaciones contrahegemónicas –agregó–, se hacen en primer lugar desde las aulas. Por eso concluyó su exposición sosteniendo que “las pedagogías son políticas: son formas de luchas de poder”.

 

Silvio Feldman, rector de la UNGS entre 2002 y 2010, comenzó señalando que la reforma debe buscar transformar la Universidad en busca de mayor equidad social y democracia, y debe promover el desarrollo del conocimiento. Planteó que es clave rever las instancias de ingreso, ya que “la igualdad de oportunidades no solo se garantiza a través de la gratuidad”. Y que en un contexto social que, a pesar de los avances producidos durante el último decenio, sigue siendo desigual, debe haber proactividad con las políticas públicas. Feldman invitó al mismo tiempo a no relativizar, en nombre de la importancia de la formación, el peso de la investigación, fundamental en la definición misma de la UNGS.

 

Feldman se refirió a la importancia de una adecuada conceptualización de los modos de relación de la UNGS con la comunidad, relación que invitó a no pensar apenas bajo la forma de los “servicios”, y menos de los “servicios rentados”, y destacó la importancia de una terminología que permita subrayar el tipo de vínculo con la sociedad que quiere privilegiar la Universidad, y debe ser, dijo, el de un diálogo que no puede tener como condición la solvencia económica de la institución que lo reclama. Coincidiendo con Coraggio, observó que cambiar el Estatuto es muy importante, pero que “también hay que encontrar otros caminos en los que avanzar” con los cambios que es necesario promover.

 

A su turno, Eduardo Rinesi observó el modo en que el actual Estatuto recoge tanto la vocación de los primeros equipos de conducción de la UNGS por contestar los aspectos más inaceptables de la ideología neoliberal que primaba en los años en los que fue redactado, como las marcas de una época que, por muchas razones, es –dijo– muy distinta a la nuestra. Como bisagra en esta historia destacó la importancia que tuvo en toda América Latina la Conferencia Regional de Educación Superior de 2008, que declaró que la universidad es un bien público, un derecho humano universal y una responsabilidad de los Estados. “Debemos estar a la altura –dijo– de las exigencias de esa declaración”.

 

Sobre las reformas concretas que están en discusión, Rinesi planteó que es necesario reconocer como estudiantes universitarios a los jóvenes que están realizando el curso de ingreso a la Universidad; propone también darle carácter estatutario a ese instrumento de democratización de la gestión que es el Presupuesto Participativo, y sostiene que es necesario esmerarse por evitar formas organizativas que contribuyan a reforzar la imagen de la Universidad como el lugar de una tensión entre los institutos y la gestión central, o, peor aún, como una confederación de institutos que –dijo– “a veces da la impresión de que pudieran pensarse como preexistentes y autónomos de la institución que integran”.

 

Por último, Rinesi abordó el problema de la representación de los claustros en los órganos de gobierno de la Universidad. Señaló que la representación del claustro de los investigadores docentes le parecía, por un lado, exagerada, y por otro lado, estructurada internamente según un criterio jerárquico que juzgó “inaceptable”, y que lleva a que los profesores estén “muchas veces más representados que los asistentes”. También abogó por una mayor representación del claustro de estudiantes y por que los representantes de la comunidad en el Consejo Superior (que “deberían ser propuestos por el Consejo Social”, dijo) tengan voz y voto en el órgano de gobierno de la Universidad.
Tras las exposiciones hubo una ronda de preguntas que permitieron profundizar algunas de las cuestiones que habían sido expuestas. Como cierre, la rectora Diker agradeció que los tres exrectores no hubieran eludido los temas controversiales, que hubieran tomado posición sobre los mismos y que hubieran evitado los clichés. “Es un lujo haber tenido a nuestros exrectores hablando con compromiso, con inteligencia y con pasión sobre una Universidad que, como es evidente, les interesa y les importa, y que tiene la gran alegría de saber que puede seguir contando con ellos”.

 

Brenda Liener

 

Leer las notas de las agrupaciones estudiantiles.