MATEADAS CIENTÍFICAS.

 

La comunicación pública de la ciencia fue el eje central de un nuevo encuentro del ciclo “Mateadas científicas” organizado por el Museo Imaginario de la Universidad. En esta charla, que contó con cerca de 80 asistentes, el periodista y especialista en Letras Nicolás Olszevicki habló sobre la tarea de comunicar la ciencia en los medios de comunicación.

Divulgar, contar la ciencia (o, mejor dicho, la historia de la ciencia) en los medios de comunicación es una de las tareas de Nicolás Olszevicki, periodista, especialista en Letras y docente de la UNGS. ¿Cómo empezó el universo? ¿Cuándo comenzó la ciencia? ¿Debemos creer en la homeopatía? Estas son algunas de las preguntas que se propone responder todos los viernes desde la columna de ciencia del programa Gente Sexy, que se emite por Rock & Pop. Y también fueron algunas de las preguntas que dieron el puntapié inicial para debatir –con la compañía de mates y bizcochitos– sobre qué es ciencia, qué no lo es y, ante todo, sobre su comunicación, en la Mateada científica organizada por el Museo Imaginario de la UNGS.

“La ciencia es, antes que nada, el modo más preciso que tenemos para explicar y explicarnos el mundo que nos rodea; una manera que se pone a prueba permanentemente, que profana todos los lugares sagrados y que no da nada por sentado”, explica a Noticias UNGS Olszevicki, y agrega: “La ciencia existe porque todo lo que tenemos alrededor nos llama la atención y no nos conformamos con darlo por sentado, y porque desconfiamos de las Iglesias que nos quieren explicar todo mediante dioses, desconfiamos de las autoridades y también de nuestros propios sentidos. Incluso desconfiamos de los propios papers que escriben los científicos, y gracias a esa desconfianza somos capaces de corroborar si lo que dicen es cierto o si se equivocan, y corremos cada vez más para adelante la frontera del conocimiento”.

En 2014, Olszevicki publicó, junto a su maestro y amigo –y también maestro de muchos otros periodistas científicos– Leonardo Moledo, Historia de las ideas científicas. De Tales de Mileto a la Máquina de Dios, que relata “una historia que en realidad comienza hace muchísimo tiempo, cuando el hombre logró dominar el fuego mediante el golpe inteligente de dos piedras de sílex, y termina…, no termina nunca”.

 

–La ciencia es una historia de ideas. ¿Cómo se comunica esa característica a través de los medios?

–La historia de la ciencia es una historia de ideas progresiva pero no lineal: hay idas y vueltas, avances y retrocesos. Los medios no son lugares especialmente hospitalarios para hablar de historia de la ciencia. Sin embargo, trato de encontrar la manera de hacerlo; supongo que a veces me sale y a veces no. Hace un tiempo hice una columna en la que contrastaba las epidemias contemporáneas con epidemias más antiguas como la peste negra medieval o la gran peste de Londres (de la que Newton tuvo que escaparse), viendo las gigantescas diferencias en las tasas de mortalidad, pero también mostrando cómo esos episodios se representaban en la literatura. Sin embargo, cuando no se puede hablar de historia en sentido estricto, trato de mostrar que todos los conocimientos no están aislados, sino que forman parte de una cadena de pensamientos, de ideas.

 

–En general, ¿el periodismo científico cuenta historias o informa sobre descubrimientos aislados?

–Hay diferentes tipos, pero creo que el periodismo científico en los diarios de gran tirada suele contar descubrimientos científicos aislados, sin contexto y sin historia. Esto tiene que ver con la idea de que un diario lo único que tiene que comunicar son noticias (como si a “la gente” lo que le interesara fueran exclusivamente las novedades), lo cual no hace más que perpetuar uno de los grandes problemas que tenemos que tratar de resolver como sociedad en los próximos años: el virtual analfabetismo científico. Creo que la gran excepción fue, siempre, Página/12, con su sección sobre ciencia y su suplemento “Futuro”.

En tiempos en que el Estado apuesta a la ciencia y a la tecnología como motores del desarrollo económico y de la inclusión social, esta temática perdió espacios en los llamados grandes medios. Página/12 decidió discontinuar el suplemento “Futuro”, luego del fallecimiento de Moledo, su editor, y La Nación cerró la sección “Ciencia y Salud”. Pero la buena noticia es que al mismo tiempo nacieron agencias de noticias especializadas en ciencia y tecnología dependientes de universidades públicas, como la Agencia CTyS, de la Universidad Nacional de La Matanza, la Agencia TSS, de la Universidad Nacional de San Martín, y Unciencia, de la Universidad Nacional de Córdoba, todos ellos espacios que se suman a la Agencia CyTA, del Instituto Leloir.

 

Marcela Bello.