DANZA.

Las danzas son partes de rituales comunitarios y escenas festivas. No son solo artes, sino, y muy fundamentalmente, descubrimiento de la potencia de un quehacer colectivo, de la capacidad de crear que surge de los cuerpos reunidos. En los cuerpos, en sus movimientos y sensibilidad, se inscriben dolores y alegrías, el territorio mismo donde se forjan. Por ello, si en la UNGS apostamos a la formación y programación de danzas es menos para producir imágenes espectaculares que para experimentar y reconocer esa inscripción material de la experiencia y, a la vez, profundizar en la trama de una elaboración grupal de las pertenencias.

Parte de la densidad cultural de la región de inscripción y referencia de la UNGS pasa por la articulación de música y danza: desde los grupos folklóricos hasta las murgas y, con especial desarrollo en los últimos años, el rap y el hip hop. Más allá de las diferencias entre géneros y composiciones, en todos los casos se trata de una trama de lazos sociales, encuentros entre vecinos, organización de estrategias artísticas y culturales.

El folklore se inscribe en el reconocimiento de las tradiciones nacionales y se articula con un repertorio musical que constituye un tesoro fundamental, pródigo en sutilezas y bellezas, que no deja de ser revisitado. Frente a ese acervo, la Universidad elige el camino de la traducción y la invención respetuosa. Por eso, a partir del año 2010 comenzó a funcionar un taller de danzas folklóricas gratuito en el Centro Cultural, con una inscripción masiva de alumnos de la región que buscaban un lugar para desarrollar ese lenguaje de la danza. Durante 2011 se empezó a gestar desde la dirección y el docente a cargo de los talleres la posibilidad de contar con un elenco estable, y fue así que se creó el Elenco de Danzas Folklóricas de la Universidad.

“Fue un proyecto que generaba otro tipo de vínculo con la región, y desde sus inicios no quisimos que el elenco muestre la virtud de los bailarines, sino que también relate, cuente, denuncie y manifieste su militancia cultural a través de la danza, y que reivindique derechos. Entonces, cada obra que el elenco producía debía llevar todos esos contenidos y situarse en un marco artístico-formativo para cada integrante”, explica Adrián Velázquez, el coordinador del área de arte y movimiento de la Universidad.

A partir de la creación del elenco se abrieron convocatorias anuales dirigidas a la comunidad universitaria y a toda la región. Actualmente, el elenco cuenta con ocho obras propias, veintidós bailarines, y realiza presentaciones tanto dentro como fuera de la Universidad. Al crecer el interés de la región sobre el área comenzaron a pensarse otros formatos de encuentro. De esta manera, se inauguró el ciclo de peñas en la Universidad, con una gran concurrencia de diferentes artistas locales, actividad precursora que dio lugar a una jornada más ambiciosa en términos de producción y de convocatoria: “La UNGS Danza”, una preciosa fiesta popular que ya lleva su sexta edición y congrega a miles de personas, decenas de elencos y la participación del Ballet Folklórico Nacional Argentino.

“Este encuentro tiene como objetivos fundamentales afianzar y crear nuevos lazos socioculturales mediante la danza, la puesta en escena de todas las delegaciones participantes y la capacitación pedagógica a través de talleres y distintas actividades culturales. ‘La UNGS Danza’ busca la multiplicación de espacios y la revalorización de nuestras danzas, como así también el crecimiento a través del intercambio. Año tras año, se fueron desarrollando estrategias para hacer que la región se sienta parte y se identifique con el encuentro. A medida que se daba a conocer la magnitud del evento crecía la participación de elencos de diferentes regiones y provincias”, cuenta Velázquez.

La última edición de “La UNGS Danza” contó con más de 70 grupos de todo el país. Fueron parte distintos elencos de las provincias de Entre Ríos, La Rioja, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Misiones y Buenos Aires. Además, el evento contó nuevamente con la participación del Ballet Folklórico Nacional Argentino. “Fue un verdadero orgullo contar con el acompañamiento de ellos. Todos los grupos participantes de la región y de las provincias que nos visitaron tuvieron la posibilidad de compartir la puesta en común con los exponentes de la danzas que nos representan en todo el mundo”, señala Velázquez.

Otra iniciativa del área es el encuentro “El Teatro Danza en la Región” que se realiza desde hace cuatro años con la participación de más de 75 escuelas públicas de los partidos de Moreno, San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas, que presentan los trabajos de teatro y danza de sus alumnos.

Siguiendo la línea de vinculación con el territorio a través de la oferta de proyectos formativos que permitan atender la creciente demanda que se verifica en este campo, en 2013 se creó y se puso a funcionar la Diplomatura en Danzas Folklóricas y Bailes Populares. Se trata de una carrera (por supuesto, gratuita) que cuenta con una masividad de inscriptos y que continúa abierta en la Universidad, jerarquizando el trabajo que se desarrolla en el área.

Durante 2016 se llevaron a cabo una serie de seminarios formativos sobre danzas folklóricas de Venezuela, Bolivia y Perú, también gratuitos y abiertos a todo público. También se sumó al área un espacio de entrenamiento de hip hop, a cargo de distintos referentes de la región que realizaron ese año algunos encuentros, festivales solidarios y muestras, vinculando aún más a la Universidad con el territorio. Además, se trabajó con el proyecto pedagógico “la semillita”, en articulación con las salas de 4 y 5 años de la Escuela Infantil de la Universidad. El proyecto articuló el trabajo de los miembros del área con las familias de los niños y el equipo docente de la Escuela, y continuará desarrollándose este año.

La cultura murguera tiene un alto impacto en los barrios y se convierte en un núcleo importante de organización social. Al mismo tiempo, se enlaza con la experimentación sonora y las poéticas de denuncia. En la radio de la Universidad, el Centro Cultural desarrolla el programa “Hijos de carnaval”, propuesto por la Diplomatura en Murga y Folklore. En él tienen primacía estos dos campos de experiencias musicales, pero también se alojan otros géneros y expresiones musicales.

Del mismo modo, la Universidad intenta ser hospitalaria y colaborar en la expansión del hip hop, capaz de reunir a jóvenes que se manifiestan en la danza pero también en nuevas poéticas, improvisaciones que rasgan lo cotidiano para sacarle metáforas jugosas y analogías socarronas. El Multiespacio Cultural, cada vez más activo, se abrió para ensayos y festivales, atendiendo a las producciones culturales que surgen en el territorio o que allí se traducen con inflexiones y tonos propios. Se desarrollaron encuentros que tienen a la cultura del hip hop como protagonista, y que incluyen diferentes formas de expresión: el baile, el estilo breaking, la danza B-Boy con todas sus variantes, el arte de graffitis, DJs y MC vocalistas de música rap y bead box.

El hip-hop es una herramienta cultural utilizada por los jóvenes para explicar las complejidades de la vida cotidiana y expresarse sin restricciones. Las tribus o Crew convocan a jóvenes de diferentes barrios y localidades que se reúnen por afinidad de los integrantes. En cada festival se realizan competencias donde gana el que mejor expresa su arte. Son enfrentamientos a través del baile o el rap. La votación está a cargo de un jurado, pero el público participa dando aplausos u ovación al que mejor se desempeña.

Con relación al trabajo por hacer, Adrián Velázquez señala que “se proyecta la realización de un encuentro regional de hip-hop, el lanzamiento de la nueva Diplomatura en Artes del Movimiento, la continuación de la propuesta de seminarios sobre danzas latinoamericanas y la búsqueda de espectáculos de diferentes géneros. Y que la danza siga siendo un puente de conexión entre la Universidad, su comunidad y la región”. La cultura es una trama de territorio y obras que nos invita a pensar qué se inscribe en los cuerpos, qué imaginan y piensan, qué crean en su propio hacer.