POLÍTICA.

Mercados al borde de un ataque de nervios. Mariana Luzzi. Documentos de coyuntura del Área de Política (IDH-UNGS) Nº 18. Los Polvorines, 2019.

 

Los Documentos de coyuntura del Área de Política del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS vienen acompañando desde hace varios años los movimientos de la política argentina, que no dejan de desafiar, con su dinámica no siempre previsible y sus avatares muchas veces fuera de programa, a las teorías con las que intentan dar cuenta de ellos nuestras ciencias sociales y políticas. En este caso, la tan inmediata como infausta reacción de los actores del mundo financiero a la derrota del gobierno en las elecciones primarias de agosto, con la escalada del precio del dólar y el desplome de los valores de la Bolsa, motiva una aguda consideración de Mariana Luzzi (quien ya había entregado una reflexión sobre la cuestión del dólar en un número anterior de esta revista, y que viene de publicar un valioso libro sobre nuestras representaciones colectivas sobre la divisa norteamericana) en torno a los “humores” de los mercados en esta hora de la política argentina.

Por cierto, no se trata apenas de denunciar el “fetichismo” implícito en el uso antropomorfizante de una categoría que sintetiza (al mismo tiempo que, por supuesto, oculta) un conjunto de precisas y complejas relaciones entre actores bien concretos, ni menos que menos, observa Luzzi, de suponer que a quienes nos han habituado a utilizarla los anima algún propósito más o menos conspirativo de retacearnos una comprensión más adecuada de las cosas: el anonimato de los jugadores del juego de las finanzas internacionales está implícito, señala la investigadora docente del Instituto de Ciencias, en los propios mecanismos que lo presiden, y en ese sentido hablar de “los mercados” puede ser un legítimo recurso para dar cuenta de la diferencia entre estos tiempos actuales de globalización del mundo de las finanzas y otros momentos, en el siglo pasado, en que resultaba menos problemático identificar al conjunto de actores corporativos que comandaban el movimiento de nuestra economía.

No: lo que importa de esta figura de nuestro lenguaje político corriente no es lo que ella oculta, sino lo que nombra: una forma del capital cuyo interés, que hoy domina no solo nuestro país sino también todo el planeta, no parece poder convertirse en el interés colectivo de la sociedad en su conjunto. La apuesta del gobierno de Cambiemos fue la de construir un orden político hegemonizado por los actores del mundo financiero: por “los mercados”. Lo que la dinámica política argentina de estos meses no deja de confirmar es el fracaso de ese intento. “Los mercados” tienen escasa capacidad para construir hegemonía en el mediano y largo plazo, y ni ayer ni hoy han conseguido validar democráticamente sus designios. La fuerza que las instituciones, los principios y los valores de la democracia tienen hoy entre nosotros aparece en este sentido, como indica sobre el final el trabajo que comentamos, como un motivo especialmente destacable de esperanza.

Eduardo Rinesi