MUESTRA FOTOGRÁFICA.

En marzo se inauguró la muestra fotográfica Mujeres y Derechos en la Fotogalería de la Biblioteca de la UNGS. Las veinte fotografías que componen la exposición surgen del cruce entre arte, feminismo, compromiso, reflexión, actualidad y militancia.

Las obras se seleccionaron a partir de un concurso fotográfico organizado por la Diplomatura en Género, Políticas y Participación de la Universidad en conjunto con Mujeres de Artes Tomar y Las chicas de Blanco, dos colectivos que, a través del arte, visibilizan las problemáticas de género.

El objetivo del concurso fue promover la fotografía como forma de expresión social y cultural que incorporen en su enunciación las perspectivas de género. La fotografía es una invitación a compartir con otros las emociones, las miradas. ¿Qué piensa quien toma una fotografía? ¿Qué busca reflejar? Se propone indagar sobre lo fotografiado y sobre la subjetividad de quien elige la perspectiva, enfoque y ángulo de la toma. Por eso, al mirar las fotos nos preguntamos: ¿quiénes son las mujeres de las fotos? ¿Cómo se las muestra? ¿Qué están haciendo?

Las fotos son recortes del mundo y se proponen, a la vez, como contextos para situarnos en un mapa. Un mapa que nos ayuda a recorrer lugares en los que encontramos mujeres que transitaron un camino largo de organización y empoderamiento. Mujeres que saben que la sociedad patriarcal permea las ideas y los cuerpos. Mujeres fuertes, mujeres organizadas y decididas a luchar por una sociedad que se incline por prácticas más justas.

Generación ganó el primer premio. Una obra de Piedad Guerrero, más conocida como “Coka”. La foto se compone de dos planos bien diferenciados. En el primero están la madre y su beba, con miradas que se dirigen hacia espacios diferentes. En segundo plano, banderas militantes, de colores poderosos, con predominio de rojos, verdes y violetas. Las mejillas juntas generan la ilusión de fusión de las dos caras. Un pañuelo verde en el centro de la imagen, en la cabeza de ambas: deseos de que no haya ninguna sola muerte más por aborto. La madre camina dando el ejemplo, y la lucha se corporiza y se traslada a la vida de sus seres queridos, de su otra generación: su hija. Esa hija ya milita. Esa hija ya es una mujer feminista. Esa beba, que hoy balbucea algunas palabras y empieza a dar sus primeros pasos, ya milita. Aprende que caminar es mejor si se camina con alguien al lado.

“Soy mujer y ahora cumplo mi pena en la cárcel de mujeres de Rosario”, dice Regina a la ONG “Mujeres tras las rejas”. La foto se titula Identidad lograda, protagonizada por Regina, a la que la nueva Ley de Identidad de Género le posibilitó ser trasladada desde la cárcel de varones. En este caso, la jaula no prohíbe el vuelo. Regina vuela alto y espera volar más.

Las sensaciones al recorrer la muestra son diversas. Desde la sensación de seguridad y fortaleza con fotos de mujeres organizadas en marchas o encuentros, hasta desesperación y fragilidad, como podemos ver en Deconstrucción, de María Andrea Casas. La fotógrafa recrea a partir de la superposición de una mujer las distintas versiones que se perciben del propio cuerpo, que vemos frente al espejo pero que no conforma, no cumple con los cánones publicitarios.

Natalia Mirafiori registra una escena cotidiana, su hija en su pieza. En La niña y sus muñecas se puede ver sobre la cama el simulacro de mujer más conocido del mundo. Más de mil millones de Barbies en el planeta y no faltó una en la casa de Natalia, en el noroeste del conurbano, en Malvinas Argentinas.

Mujeres y Derechos no propone una narración lineal. Su recorrido es diverso y de múltiples lecturas. Esto se debe a que las fotografías que la componen fueron elegidas por sí mismas; las conexiones se dieron luego, muy fluidamente. En un panel se observan las mujeres indígenas campesinas; por otro lado, el colectivo de las mujeres trans; más allá, mujeres que trabajan; por acá, infancias, y en la pared principal, mujeres organizadas, en distintas marchas o encuentros, a las que se ve unidas, fuertes incluso en su desnudez.

La muestra no solo muestra. La muestra emociona, sacude, invita a indignarse y por qué no a salir a militar. Invita a la superación de la realidad, a afirmarnos como mujeres que no pretenden sacarles el puesto a otros, sino, como dijo Victoria Ocampo, ocupar aquellos que nos pertenecen. Como cualquier cambio de causa social profunda, aún queda por recorrer un largo camino, pero estamos en esa búsqueda.

Mercedes García

La muestra puede visitarse hasta el 20 de mayo en la Fotogalería de la UNGS (Gutiérrez 1150, Los Polvorines). Doce de las veinte fotos pueden verse en el calendario 2015 de la UNGS, que produce y distribuye año a año la Dirección de Bienestar.