COLECCIÓN COMUNICACIÓN, ARTES Y CULTURA.

 

Estética de lo inefable. Hacia una genealogía materialista del teatro argentino. Sandra Ferreyra. Ediciones UNGS. Colección Comunicación, artes y cultura. Los Polvorines, 2019.

En Estética de lo inefable. Hacia una genealogía materialista del teatro argentino, Sandra Ferreyra propone trazar un itinerario materialista del lenguaje dramático desarrollado desde fines del siglo XX en Argentina frente a una historia idealista del teatro. Esta valiosa contribución para el estudio del teatro argentino reciente sugiere la creación de un espacio de la crítica de las artes escénicas, un campo de tensiones, que problematiza la condición teatral de la historia, imagen a la que alude el diseño de la cubierta, donde una planta escénica deja ver las huellas y los movimientos de los actores no del todo ausentes.

Contracara de la representación del progreso o de una cierta evolución, para la autora una genealogía materialista es un problema que parte de la no identidad entre conciencia y mundo objetivo, de la fragmentación y de la discontinuidad de la causalidad. De esta manera aparece un problema productivo sobre el origen, sobre el despliegue del lenguaje teatral pero también sobre el desarrollo de la historia. No un enigma a resolver por un pensamiento crítico que llega en auxilio de los argumentos, gestualidad de una autonomía agotada; antes bien, Ferreyra postula una crítica del pensamiento teatral. La clave de esta operación está en la obra de Ricardo Monti, más que precursora, obra en movimiento, productora de imágenes, operativa relación que entra en diálogo con la consistente y diversa generación de Ricardo Bartís, Javier Daulte, Daniel Veronese, Rafael Spregelburd y Alejandro Tantanian. En el estudio de la producción de esa generación, la historia es representación e incluso, como si se tratara de un planteo escénico, conlleva un acopio de recursos, voces y cuerpos, memorias de la cultura que en el texto teatral pueden iluminar repentinamente los vínculos entre esas obras. Paradoja de este libro es que su vertebración se logra a través de la emergencia y de la circulación del pensamiento de Walter Benjamin, como si pusiera en práctica la peculiaridad de los materiales de la cultura a través de la forma. La alegoría, en efecto, es un potencial expresivo que Ferreyra observa en los autores y directores que estudia frente una modernidad dominante.

Aquí se plantea un apartamiento de la certidumbre de la cultura, sus convenciones y su retórica. Ferreyra propone describir las formas de la estética de lo inefable y así estructura su libro: fantasmagorías escénicas, una dialéctica de lo animado y lo inanimado y el discurso como constelación son las partes. En diálogo con la historia, el lenguaje dramático puede desconocer el hito del acontecimiento y la sucesión que lo impulsa a la epidermis de un registro discursivo e ignorar la unidad simbólica del sentido; en su lugar, la alegoría y el fragmento pasan a ser la clave que permite integrar un cuerpo de obras que se desarrollan como estética en el teatro argentino contemporáneo.

Juan Rearte