EDUCACIÓN.
Modelos y escalas en la planificación. Reflexiones y ejemplos para una práctica necesaria. Graciela Krichesky, María Magdalena Charovsky, Marina Larrondo y Andrea Pezzolo. Ediciones UNGS. Colección Textos Básicos. Los Polvorines, 2016.
Además de concepciones acerca de la enseñanza y el aprendizaje, los docentes tenemos otras influencias que intervienen a la hora de abordar la enseñanza. Estas influencias operan centralmente en el momento de la programación de la enseñanza, en la cual tomamos importantes decisiones. De allí la importancia de este libro. Desde el punto de vista de quienes tenemos la responsabilidad de enseñar algo a otros, la programación didáctica implica un proceso de construcción personal o colectiva –cuando es llevada a cabo por equipos docentes– orientado a convertir una idea en un curso de acción, a encontrar modos de plasmar nuestras previsiones, aspiraciones y metas en un proyecto que sea capaz de representar nuestras ideas de lo que luego tomará forma en el aula.
El libro aborda la programación de la enseñanza haciendo especial hincapié en el conjunto de decisiones que se toman en ese momento clave de la tarea de los docentes. No concibe la programación como un acto “mecánico”, sino como un proceso reflexivo que se mejora cada vez, en cada nueva edición de la enseñanza. Tiene el valor de poner a disposición una serie importante de recursos didácticos elaborados y materiales seleccionados ad hoc por el equipo docente de la asignatura Enseñar en la escuela secundaria y en el nivel superior, común a todos los planes de estudios de los profesorados universitarios de la UNGS. Los ejemplos de planificaciones de docentes y otras herramientas que contiene el libro dialogan con teorías, enfoques y perspectivas didácticas en un esfuerzo por relacionar teoría y práctica.
El análisis de los diversos modos de formular y comunicar los resultados del proceso de programación didáctica enfoca los criterios para presentar programas, planificaciones y proyectos. Planificar es crear un juego de imágenes anticipadoras de lo que luego sucederá en la interacción en las aulas; implica un trabajo de representación que no es accesible y comunicable a otros en forma directa e inmediata. Por ello, el carácter institucionalizado de la enseñanza exige una serie de operaciones que permitan explicitar y socializar el contenido de la programación didáctica a través de diversos formatos de enunciación y organización. Haciéndose eco de esta preocupación, el libro propone algunos ejemplos de planificaciones para distintas escalas institucionales.
Silvina Feeney
