NOVEDADES.

Legalización del aborto en la Argentina. Científicos y científicas aportan al debate. Mario Pecheny y Marisa Herrera (Compiladores). Ediciones UNGS. Los Polvorines, 2019.

Los libros suelen desear la posteridad, hablarles a quienes no nacieron aún, situarse como ofrenda para las generaciones venideras. Miente quien dice escribir solo para un presente fugaz, porque la letra impresa es conjura contra lo efímero. Escribimos porque esperamos que a las palabras no se las lleve el viento, como se cree que sucede con la oralidad cuando ésta no es sometida a las tecnologías de reproducción y guardado, congelada por siempre en una grabación o video, multiplicada al infinito en la lógica viral de las redes. Digo “se cree”, porque así como quien escribe aspira a algún tipo de trascendencia de su puro presente, también sabemos que las palabras –algunas– se escriben en los cuerpos, se activan como memoria sensible. Quizás no recordemos enteramente las palabras de amor o de odio, pero ellas persisten como huellas encarnadas. O no sepamos el contenido de una clase que nos deslumbró, más allá de los someros apuntes que guardamos, pero sí sabemos que nos enseñó a pensar de otro modo. Aquí vamos a comentar un libro que surgió de intervenciones orales, dichas al calor de un debate que conmocionó a la Argentina y del cual nuestra sociedad no salió indemne. En esos pasajes de intervención oral y pública a artículos compilados en un volumen se condensan todos los problemas del tiempo que le acontece a las palabras.

En 2018 se produjo el debate legislativo por la legalización del aborto en la Argentina. La Campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito había sido creada catorce años atrás, en el Encuentro nacional de mujeres. Las encuentreras decidieron una articulación federal que permitiera dar esa pelea y presentaron durante siete años proyectos de despenalización y legalización al Congreso. Recién en 2018 se les dio tratamiento parlamentario. La discusión pública de una práctica clandestina conmovió los cimientos de la sociedad, movilizó a miles de personas, despertó una reacción ultraconservadora, inventó un repertorio de luchas e incorporó a muchísimas jóvenes a la vida política. Los feminismos argentinos ya eran masivos, pero ese año mostraron una tenacidad festiva y militante sin parangón en otras causas. Si la aparición del Ni una menos había planteado la cuestión de la vida y si los paros internacionales de mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries habían mostrado la multiplicidad de los trabajos y la creación de valor, la discusión sobre el aborto puso en evidencia que llamamos vida no a la mera supervivencia ni a la reproducción biológica sino a la investida por deseo. Tanto se condensó en esos días, tanta historia y tanta apertura, que no se puede hablar, solamente, de derrota, aunque el conservadurismo senatorial le haya dado la espalda a la más fenomenal de las movilizaciones. El pañuelo verde tiene impreso un pañuelo blanco, para señalar un linaje que pone las demandas feministas en la serie de las luchas por los derechos humanos y a las militantes de hoy como herederas de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Las cámaras legislativas invitaron a expertxs, científicxs, activistas, intelectuales, religiosxs, a argumentar a favor o en contra de la legalización. Las universidades públicas alimentaron ese debate, y solo de la UNGS hablaron cinco integrantes. Más de treinta investigadorxs del Conicet intervinieron: 27 a favor del aborto libre, seguro y gratuito, y 6 sosteniendo la penalización. Este libro, ideado y compilado por Mario Pecheny y Marisa Herrera, reúne los aportes de integrantes de Conicet que participaron en las audiencias. Esto es, no de todxs lxs científicxs que participaron, sino de aquellos nucleados en esa institución. Si éste es recorte decidido por la propia estructura de la compilación, no lo es el otro: no aceptaron participar ninguno de los participantes que argumentaron contra la legalización. Algunas de sus voces son recuperadas críticamente por Roberto Gargarella para dar cuenta de sus argumentos.

Puede leerse este libro como un imprescindible repertorio de argumentos: desde la historización que plantea Dora Barrancos hasta la fundamental distinción entre vida y persona que proponen Herrera y Alberto Kornblihtt; desde el análisis de la Educación Sexual Integral que hace Romina Antonelli hasta los trabajos sobre creencias religiosas y posiciones sobre los derechos sexuales y reproductivos que realizan Juan Esquivel, Fortunato Mallimacci y Verónica Gimenez Bélivau; desde la presentación de estadísticas sobre aborto y mortalidad materna en países con y sin legalización que realiza Ana Franchi o el análisis del caso uruguayo que lleva adelante Pecheny hasta la postulación de argumentos feministas que presentan Claudia Anzorena, Nayla Luz Vacarezza, Jimena Néspolo y Julia Burton; desde la interpretación de María Eugenia Monte sobre las consecuencias de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso FAL hasta la discusión ética que proponen Florencia Luna y Lucila Szwarc. Cierran el libro dos científicos-diputados: Roberto Salvarezza y Daniel Filmus, que recogen los argumentos desplegados en las páginas anteriores. Filmus se detiene en particular en algunos fundamentales para discutir el slogan de la defensa de las dos vidas: la distinción entre vida y persona y la demostración de que no hay antecedentes en nuestro país de equiparación entre no nacidxs y personas, como es evidente en la aceptación del descarte de embriones y el aborto no punible, que no son considerados homicidios. No se trata de la vida y su defensa, sino de la negación de la autonomía de las mujeres y cuerpos gestantes.

Si la compilación es una caja de argumentos, también muestra un estado de las investigaciones, un vínculo entre lo que se produce como ciencia y su disposición pública, la relevancia del tipo de conocimiento que se despliega en las universidades y en las instituciones dedicadas exclusivamente a investigar. Se puede leer como serie de argumentos científicos alrededor del aborto y como parte de la disputa, que también nos movilizó en los años anteriores, sobre la validez y la importancia de la producción científica. Son escritos fechados que hablan al futuro, porque se disponen como palabras que permiten producir un tajo en la historia, palabras que son acciones o pueden ser recuperadas en el plano de la acción política. Hay quienes intervienen señalando a las y los legisladores la cuestión de la historia: ¿cómo quieren ser recordados? Filmus pone otra dimensión: “¿quiénes somos nosotros, representantes del pueblo, para demorar un derecho humano que se deriva de una gran cantidad de derechos establecidos en el artículo 2 del proyecto?” En esa dimensión este libro es registro y memoria de un oprobio, que se conservará cuando ya sus argumentos sean innecesarios.

María Pia López