REEDICIÓN.

En esta columna recibe comentario la aparición de la segunda edición de uno de los títulos que integra la serie “Cuadernos de la Lengua”, que acompaña la labor formativa e investigativa desarrollada por los equipos de trabajo del Museo de la Lengua de la Universidad.

Actores y soldados. Cinco ensayos hamletianos.
Eduardo Rinesi. Ediciones UNGS. Cuadernos de la Lengua. Los Polvorines, 2ª edición, con un post-scriptum: 2018.

 

La segunda edición de estos “cinco ensayos hamletianos” de Eduardo Rinesi no es una mera re-edición: el autor ha incorporado dos trabajos que completan y profundizan el tema del libro, que es también el de Hamlet: el tema del lenguaje. Un problema con múltiples aristas y vinculado también con otros temas, que Rinesi teje y entreteje, enreda y desenreda, con la soltura y obsesión que caracterizan su escritura.

El primero de esos dos nuevos ensayos, “Tragedia y repetición”, comienza con el pasaje en que Polonio confiesa haber representado una vez el papel de Julio César, lo que le permite a Rinesi poner a dialogar con Hamlet otras dos obras de Shakespeare, La violación de Lucrecia y Julio César, y develar las repeticiones que pueden encontrarse entre ellas: entre Ofelia y Lucrecia, entre los dos célebres “Brutos” de la historia romana, entre Polonio y Julio César, para luego detenerse en la repetición de escenas en la historia. “¡Cuántas veces se repetirá esta escena!”: muchas, infinitas. Las escenas se repiten incesantemente, como muestra el shakesperiano Borges, con cuyo “Tema del traidor y del héroe” se completa este juego de “repeticiones, variantes, simetrías” que propone Rinesi.

El otro ensayo, “Máscaras bajo el rostro”, se ocupa, a partir de un riquísimo diálogo entre Polonio y Ofelia, de la cuestión bufonesca en Hamlet. Y es que esta obra está llena de “fools”, de bufones o “graciosos”, pero también de “tontos” y de “necios”, todas traducciones posibles de esta palabra. Es el caso de Polonio, quien, aunque no lo sabe y preferiría no serlo, es un estúpido, un necio, un bufón a cuyas expensas otros se divierten. Pero también es el caso, y esto es lo interesante de la propuesta de Rinesi, de todos los viejos de la pieza, de los reyes y reinas “en harapos y remiendos”. O, mejor dicho, de un mundo que está, todo, “en harapos y remiendos”, de un mundo podrido y desquiciado, del que la figura del ridículo Polonio es una condensación, metáfora y caricatura.

Borges decía que pensaba a Shakespeare como un artífice verbal. Por eso, desde hace más de 400 años, tantos varones y mujeres, en la literatura, la filosofía y la historia, han jugado y siguen jugando, todavía, con sus artificios. Eduardo Rinesi es uno de esos tantos jugadores. Y este libro, sin lugar a dudas, constituye una muestra de su original, desfachatada e irreverente manera de jugar.

 

Cecilia Padilla