COLECCIÓN COMUNICACIÓN, ARTES Y CULTURA.
Arte, política y comunicación. Beatriz Alem, Elizabeth Martínez de Aguirre y Lucía Masci (compiladoras). Ediciones UNGS. Colección Comunicación, Artes y Cultura. Los Polvorines, 2018.
Arte, política y comunicación se nutre del diálogo entre investigadores de la UNGS, la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad de la República, de Montevideo, Uruguay, a partir de un conjunto de presentaciones realizadas en un encuentro de trabajo llevado adelante en Rosario en mayo de 2017. ¿En qué medida las tres esferas a las que alude el título del libro pueden seguir siendo consideradas autónomas? ¿No es evidente que cada una difícilmente existe escindida de las otras? O, en todo caso, ¿no será que la perspectiva de la autonomía relativa de los campos invisibiliza una serie de cruces e hibridaciones que son fundamentales, insoslayables? Con pasajes notables, el libro hace su aporte desde las zonas fronterizas, donde los límites se revelan borrosos y arbitrarios.
El concepto que atraviesa y une a estas esferas es el de representación: representación estética, política y comunicacional. Pero aquí la reflexión no está orientada solo hacia lo representado sino, principalmente, hacia el trabajo de su representación, de su escenificación. En el prólogo, Eduardo Rinesi subraya que es en el universo conceptual del teatro donde se hallan las ideas fundamentales “para hablar de la vida política de los hombres y de los pueblos”. No por nada de los griegos heredamos tanto (el destacado es necesario) la política como el teatro. En “La busca de Averroes”, Borges relata el infructuoso intento del aristotelista árabe por comprender la cultura y el pensamiento helénico al toparse con dos palabras que le eran desconocidas: “tragedia” y “comedia”, tan determinante es la representación teatral –sus escenarios, sus actores, sus máscaras, sus espectadores– para el pensamiento occidental. No obstante, entre la antigua Grecia y la actualidad han emergido nuevos escenarios que moldean los asuntos humanos: los medios de comunicación. El libro ofrece una actualización de aportes clásicos a la luz de trasformaciones recientes y un análisis de la forma específica en que determinados objetos de estudio echan luz sobre la cuestión.
Así, hay lugar para la tragedia (la “crisis carcelaria” uruguaya de 2012 en el texto de Gastón Amen), la comedia (la sátira política contemporánea en el de Pablo Gullino) y, en general, el mundo teatral: en el análisis que hace Alem del escenario de “Intratables”, en la “condición performativa” de la fotografía que analiza Martínez de Aguirre a propósito del “Archivo Basterra” y en la “retórica fotográfica de lo trágico en el fotoperiodismo argentino” que observa Juan Pablo Lagrutta. La superposición de esferas también es clara en el capítulo de Masci sobre el proceso de legitimación mutua entre la murga y el gobierno del Frente Amplio y en el de Federico Beltramelli y Eduardo Alonso Bentos sobre la sanción e implementación de una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en Uruguay.
Leandro González