LITERATURA.

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No padre, sino padrastro. Lecturas críticas del Quijote en la narrativa argentina.
María Elena Fonsalido. Ediciones UNGS. Colección Comunicación, artes y cultura. Serie Sobre literatura. Los Polvorines, 2015

La principal hipótesis de No padre, sino padrastro está cifrada en el título, que surge del encuentro de dos citas: una afirmación de Cervantes en el prólogo al Quijote (“aunque parezco padre, soy padrastro de don Quijote”) y la idea de Carlos Gamerro de que su generación ha resultado “más huérfana que parricida” (“los escritores con los que podríamos haber peleado fueron asesinados por los militares o murieron jóvenes”). El trabajo de Fonsalido, entonces, busca demostrar que en la novela de Cervantes persiste una significativa operatividad sobre la escritura de los narradores argentinos contemporáneos quienes, carentes de padres, le han otorgado un lugar central en la propia tradición literaria. Con este propósito, la autora examina, por un lado, las lecturas críticas del Quijote realizadas por novelistas de fines del siglo XX y comienzos del XXI y, por otro lado, el vínculo entre esas lecturas y su producción ficcional.
El análisis se centra fundamentalmente en la obra de Juan José Saer, Federico Jeanmaire y Carlos Gamerro. Fonsalido descubre que aquellos elementos que los tres autores destacan en la novela de Cervantes son precisamente los que funcionan como configuradores de su producción novelística. Así, en Glosa, Saer lleva a cabo el mismo desmantelamiento de la epopeya y la entronización de la moral del fracaso que celebra en el Quijote; en Mitre, Jeanmaire pone en juego la imagen del díptico y los procedimientos dramáticos que reconoce en la obra de Cervantes; en La aventura de los bustos de Eva, los personajes y la estructura narrativa están trabajados sobre los pliegues de la “ficción barroca” cuyo paradigma es, para Gamerro, el Quijote.
Si bien su objeto está conformado por novelistas contemporáneos, Fonsalido dedica el primer capítulo al examen de las lecturas del Quijote realizadas por Jorge Luis Borges y Macedonio Fernández, quienes, reivindicando en Cervantes la ruptura de la representación realista y especialmente la ficcionalización de las operaciones de lectura, establecieron los axiomas para todas las interpretaciones posteriores. En este sentido, el trabajo de Fonsalido no solo ilumina aquello que los escritores argentinos han leído en el Quijote, sino que también permite deducir lo que ya no se lee en él: después de Borges, la novela de Cervantes ha dejado de ser prioritariamente una inagotable narración de episodios disparatados; en su lugar, nuestros escritores han hecho del Quijote el primer manual de teoría de la lectura.

Facundo Nieto