UNITV.

Noticias UNGS conversó con Alejandro Montalbán, director del canal de televisión de la Universidad, UNITV, sobre los desafíos de desarrollar la propuesta de una señal universitaria en un contexto como el que hoy caracteriza el mundo de los medios en el país.

 

–¿Qué balance haces del trabajo de UNITV, que incluyó el lanzamiento del canal?

–El balance es muy bueno porque se pudo instalar la nueva señal, crecimos mucho en capacidad de producción, en el comienzo de creación de un público, en el perfil de la propuesta. Varias universidades y varios canales comunitarios nos pidieron material para emitir. Tuvimos también una fuerte repercusión local. Y algo muy importante: un fuerte compromiso por parte de investigadores, profesores, estudiantes, no docentes. Cierto es que la experiencia empezó a sufrir algunas limitaciones como resultado de la política del gobierno nacional hacia los medios universitarios, que entre otras cosas eliminó del presupuesto nacional un renglón que estaba destinado al financiamiento de esos medios. En ese contexto difícil pudimos cumplir muy bien nuestro primer año, con algunas cosas muy destacables, como el curso de Horacio González en ocasión de los 100 años la Revolución Rusa.

–¿Cómo pensaron la programación?

–Tratamos de ayudar a potenciar y comunicar lo que la Universidad hace en términos de formación, de investigación, de articulación social y de promoción cultural. También, se intenta aportar calidad al debate público, aprovechando lo que la UNGS tiene para ofrecer a la discusión de los temas de actualidad, con calidad y sobre todo con una mirada plural, algo que ocurre cada vez menos en los medios del país. Hay programas que van teniendo un nivel de instalación muy interesante, como “Periscopio”, dedicado a la agenda política y social. Por último, se busca ayudar a construir comunidad en el territorio de influencia de la UNGS, reflejando la vida de los barrios, mostrando a la gente, las costumbres. Es difícil y costoso, pero empezamos a hacernos conocer y a ampliar los servicios que la Universidad ya presta en este terreno.

–¿Cómo se plantea el trabajo para 2018?

–Queremos seguir en la misma línea de trabajo, en un contexto en que televisión está en un momento de fuerte transición: la migración de sus contenidos a las redes sociales, el auge del consumo on demand, las plataformas como Netflix… Estamos atentos a estos fenómenos alrededor de la circulación de contenidos, que representa todo un cambio de paradigma y plantea nuevos desafíos para pensar contenidos, producirlos, estrenarlos… Con relación a la programación, estamos lanzando una serie de micros de seis minutos, “Caja de herramientas”, dedicados a (y hechos desde) una perspectiva feminista. Vamos a seguir con Horacio González. Vamos a tener una serie de clases magistrales: con Graciela Frigerio sobre educación, con María Moreno sobre literatura y género, con Marlene Wayard (graduada de la Diplomatura de Género de la UNGS) sobre la problemática trans. Y seguiremos con “Tramas”, “Periscopio”, “Noroeste”, “Caja negra” y los documentales.

–¿Cómo ves la situación de los medios públicos hoy?

–El gobierno nacional considera a la comunicación y a los medios como plataformas de negocios. Desde su perspectiva, a las cuestiones relativas a la información, la comunicación y el entretenimiento las resuelve el mercado. Es coherente con eso que hayan descuidado a los medios públicos que existían, que no eran ninguna panacea, pero que habían logrado cierta instalación, cierto desarrollo, cierto espíritu experimental, que es lo que el mercado nunca tiene. Y con una mirada más regional. Todo eso se perdió. Y después de ese desinterés, que hace que los medios públicos sean menos escuchados, menos vistos, lo que viene es el ajuste sobre el personal: los despidos, y todo lo que estamos viendo actualmente. Lo mismo con los medios comunitarios: no tiene sentido para la mirada del gobierno que existan redes de comunicación pública y comunitaria que cumplan con las funciones que no cumple el mercado. Sumemos a esto el desinterés y la desfinanciación de los medios universitarios y el panorama –con todo lo que podíamos criticar sobre lo que se hizo y no se hizo en el proceso anterior– es peor, es claramente menos democrático, menos plural.

 

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