COLECCIÓN.

Rodolfo Stavenhagen. Las tesis latinoamericanas.
Jorgelina Loza. Ediciones UNGS. Colección Pensadores de América Latina. Los Polvorines, 2018

 

Quién no escuchó hablar de las “Siete tesis equivocadas sobre América Latina”? Resonaba en los pasillos de las facultades de ciencias sociales con el alegre énfasis de un cuadro logrado, una síntesis eficaz de toda una obra o un regalo adicional que se volvía la introducción necesaria a esa misma obra. Rodolfo Stavenhagen revelaba que su preocupación por el debate histórico político en América Latina se encaminaba a la polémica y a la difusión de una teoría crítica entre el vasto estudiantado que se introducía en la tormenta social de ese álgido momento.

Eran los tiempos del desarrollismo, de la modernización, de la idea del despliegue de las sociedades en etapas más o menos prefiguradas. Stavenhagen introduce reinterpretaciones radicales en los conceptos de “atraso”, “obstáculos arcaicos para el desarrollo”, “mestizaje como indicio de unidad nacional”, “clases medias y burguesías nacionales como motor de una industrialización que supere las sociedades duales”. Es el complejo de ideas desarrollistas el alcanzado por estas denegaciones. La noción de “colonialismo interno” –a partir de la cual Stavenhagen discute con su maestro y colega González Casanova– permitía pensar una situación a ser superada por una crítica al arcaísmo de las sociedades latinoamericanas. Pero esa superación no ocurriría solo arrastrada por las formas del trabajo asistido por tecnologías novedosas o como un índice de reclamos históricos capaces de diluirse en culturas que atraviesan una escala superior en un tiempo lineal. Eso sería desprenderse de su memoria e historia.

Por eso hay en el “antieconomicismo” de Stavenhagen una apelación a convertir lo arcaico en una memoria permanente que saque de su misma entraña los valores que se proyecten a construir el horizonte colectivo que afronte y confronte con la forma universal del capitalismo. No una marcha de lo rezagado hacia lo adelantado, sino una refutación de lo moderno si esto significa capitalismo latifundiario y oligarquía financiera, y una afirmación de lo antiguo si esto significa lazos comunitarios y consagración de una etnicidades plural, genuina y democrática.

De ahí la idea de nación de Stavenhagen, o, mejor, su modo de retomar el antiguo debate sobre la nación. Crítico de los compulsivos procesos de amalgamas nacionales bajo la coacción de elites que crean simbologías de unificación artificial, Stavenhagen es un antecedente importante para pensar el multiculturalismo nacional o los conglomerados plurinacionales, fórmula compleja que desde que se ha enunciado hasta hoy no ha cesado de generar compromisos que nunca disminuyen en su interés. Jorgelina Loza nos lleva al mundo conceptual de Stavenhagen –nacido en Alemania y con su actuación fundamental en los medios intelectuales de México– con singular claridad narrativa y profundo conocimiento de esta obra que tanta influencia tuvo en nuestro país.

 

Horacio González