EDUCACIÓN.

Tres investigadores docentes del Instituto del Desarrollo Humano de la UNGS fueron convocados por el Ministerio de Educación de la Nación a colaborar con el desarrollo del Programa “Seguimos Educando” a través de la preparación y el dictado de clases distantes por televisión. En esta nota explican las características de la experiencia y los desafíos que plantea.

 

En el marco de la pandemia, un grupo de investigadores-docentes de la Universidad hemos tenido la posibilidad de hacer nuestro aporte en tareas destinadas a resolver necesidades concretas que la situación plantea en materia educativa. En efecto, el Gobierno Nacional estableció, a partir del 16 de marzo, la suspensión del dictado de clases presenciales en los niveles inicial, primario y secundario de todo el país, de manera que los alumnos y las alumnas de la mayoría de las jurisdicciones pudieron asistir a las escuelas solo durante la primera semana de este ciclo lectivo 2020.

En este contexto, con el objetivo de complementar la tarea que los y las docentes comenzaron a desarrollar a través de diversos mecanismos de educación a distancia, el Ministerio de Educación de la Nación creó el Programa “Seguimos Educando”, un dispositivo de apoyatura transitorio y excepcional destinado a poner a disposición de alumnos, alumnas y docentes contenidos educativos hasta el reinicio del normal funcionamiento de las clases.

El Programa articula diferentes recursos: materiales digitales, cuadernillos impresos y clases que se dictan por radio y por televisión. Los programas televisivos se emiten diariamente a través de Canal Encuentro y de la Televisión Pública en franjas horarias fijas de acuerdo con cada nivel educativo. Nuestra participación apunta a colaborar específicamente con las clases de Lengua y Literatura, de Matemática, de Física y de Química de nivel secundario que se transmiten por estas emisoras a partir del mes de mayo.

La tarea principal consiste en adecuar al formato de una clase los contenidos determinados por el Ministerio para cada encuentro. A partir de una grilla de contenidos y de una propuesta inicial de recursos audiovisuales, nuestra participación procura organizar cada emisión con una estructura similar a una clase del ámbito escolar. En este sentido, se hace necesario precisar contenidos, objetivos, recursos y actividades para que, a partir de una propuesta más concreta, productores y guionistas puedan llevar a cabo las tareas propias de la producción televisiva.

En Lengua y Literatura, por ejemplo,  transitamos la dificultad de articular dos movimientos que se encuentran en tensión: por una parte, procuramos precisar y acotar contenidos para que, a lo largo del desarrollo de una clase, se evidencie qué pretendemos que los alumnos y las alumnas aprendan en cada programa; por otro lado, buscamos ampliar la propuesta a través de sugerencias que el formato televisivo facilita y que permiten profundizar el abordaje de los contenidos más allá del límite de la clase: entrevistas a escritores y a investigadores, lecturas alternativas y formas de acercamiento a diversas producciones artísticas y culturales con las que conectar los contenidos de la disciplina.

En el caso de las ciencias exactas y naturales, el principal desafío que enfrentamos es el de encontrar los mejores modos de acompañar la adecuación de los contenidos, que en ocasiones pueden aparecer como demasiado extensos y que muchas veces no es tan fácil adaptar a un formato televisivo.

Por otro lado, desde el propio conocimiento de nuestras disciplinas, venimos acompañando las tareas de coordinación entre el área específica del Ministerio y la productora televisiva, tanto como la articulación con las y los contenidistas, con las y los guionistas e incluso con los propios docentes. Para el caso de matemática del ciclo orientado, el docente que sale al aire es Lucas Catalano.

Pese a la especificidad propia de cada asignatura y a las diferencias de las demandas del Programa para con cada uno de nosotros, nuestra participación tiene en común la urgencia y la vertiginosidad, rasgos que posiblemente la pandemia haya instalado en muchas de nuestras prácticas cotidianas. Aunque quisiéramos tener el tiempo para detenernos a discutir aspectos relacionados con, por ejemplo, la selección de los contenidos o los mecanismos de la divulgación televisiva, sabemos que en estos momentos el ritmo de la tarea requiere de nuestra parte otro tipo de intervención. Este es quizás un límite para nuestros deseos de colaborar, pero, al mismo tiempo, nos desafía a encontrar mejores modos de enseñar en situaciones de emergencia.     

Lucas Catalano, Facundo Nieto, Sergio Vera

 

05/05/20