LIBROS, REVISTAS Y OTROS PAPELES.

 

La producción editorial en la Argentina atraviesa un momento particularmente desgraciado, en el que a las tendencias del mercado a la concentración económica y regional se suma un conjunto de decisiones de política pública que de manera muy notoria dificultan las cosas para los sellos nacionales. En ese contexto, la edición universitaria tiene una tarea fundamental para cumplir, incluso en ausencia del apoyo estatal con el que hasta hace algunos años podía contar. Es lo que explica acá el responsable del sello editorial de la UNGS, que más que nunca sigue cumpliendo su tarea de acercar al público lector una cantidad de novedades diversas y de alta calidad, de las que son expresivas las primicias a las que se da comentario en las páginas que siguen.

 

Perseverancias

En una reciente entrevista que le hicimos en el segmento radial Nota al pie del programa “Te digo y te repito” de FM La Uni 91.7 de la UNGS, María Teresa Carbano, la nueva presidenta de la Fundación “El Libro”, presentó un panorama devastador del libro en el país señalando que hoy podemos afirmar que la situación es peor que la de la crisis 2001-2002. Estadísticas de la Cámara Argentina del Libro y de la Cámara Argentina de Publicaciones y declaraciones de actores reconocidos de la industria editorial nos hablan de una caída de la venta de libros de en torno al 45 o 50% en los últimos tres años, de un descenso de un 15% de la producción de novedades y de un derrumbe de un 30% en la tirada media, de cierre de sellos editoriales y librerías y de aumento desmedido de los costos del papel (en torno del 75%), de los insumos y de los servicios.

A esto se suman políticas públicas vinculadas con el libro, como la suspensión de las compras estatales de libros de literatura por parte de la CONABIP y del Ministerio de Educación de la Nación o la interrupción del aporte de la Secretaría de Políticas Universitarias al fomento de la edición universitaria, además de otras muchísimas medidas de política económico-social que afectan directamente el poder de compra de los ciudadanos: frente a mayores necesidades de la población, el consumo de libros tiende a ser reemplazado por el de otros productos de primera necesidad. Estamos, en fin, ante una severa crisis, consecuencia de políticas públicas activas que la provocan.

En la Argentina, además, el 44% de los ejemplares impresos en el año 2017 en el sector editorial comercial estuvo en manos de cinco grandes grupos editoriales privados trasnacionales, y casi el 88% estuvo concentrado en la ciudad y provincia de Buenos Aires. Podemos imaginar, en este escenario, el trabajo que hacemos a lo largo y ancho del país los editores universitarios publicando obras que aportan a la bibliodiversidad, innovando, poniendo temas en la agenda pública y rompiendo con algunas lógicas perversas del mercado, que tienden a mirar la rentabilidad en el corto plazo y olvidan autores y perspectivas que hay que instalar en el tiempo y cuya rentabilidad requiere de una espera mayor. Avanzar con esta labor tiene un doble mérito considerando el recorte presupuestario y las políticas activas del Ministerio de Educación para que esto no continúe.

La producción de Ediciones UNGS es parte de un conjunto de políticas de las autoridades de la Universidad que creen firmemente en este aporte. El crecimiento sistemático de la producción de novedades y de colecciones es el resultado de una respuesta activa del sello de nuestra institución a la crisis y a las políticas regresivas. En este contexto se justifica aún más nuestra intervención.

 

Darío Stukalsky