EL CASO DEL PROGRAMA CONECTAR IGUALDAD.

El cambio de gestión política a partir del inicio del actual gobierno nacional abrió un interrogante sobre la continuidad del Programa Conectar Igualdad. Aunque altos funcionarios del gobierno nacional habían afirmado la conveniencia de dar continuidad a ese programa, a principios de marzo se desarticuló el equipo técnico central del mismo con sede en el Ministerio de Educación de la Nación. Esta medida tuvo su correlato en los equipos jurisdiccionales de muchas provincias, que dependían económicamente de fondos transferidos por la nación. Las versiones aún no oficiales sostienen que Microsoft y Clarín serían los principales beneficiarios de estos cambios. Si así fuera, se estaría desmantelando una política pública para beneficiar a grupos concentrados de la economía, reduciendo el papel del Estado –en el mejor de los casos– a la distribución de computadoras.

La creación del Programa, en 2010, dispuso la entrega de dispositivos electrónicos portátiles (netbooks) a todos los estudiantes de escuelas públicas secundarias, de educación especial e institutos de formación docente de todo el país. Pero desde el inicio se consideró que la sola entrega de equipos no bastaba. Para acelerar los ritmos de la incorporación de la tecnología digital en las escuelas se impulsaron acciones de formación docente, desarrollo profesional y asistencia técnica en las escuelas, se fomentó la incorporación de las nuevas tecnologías en los contenidos curriculares y se desarrollaron contenidos digitales para la enseñanza. El anclaje territorial de la política y su alcance federal permitieron movilizar importantes recursos materiales y simbólicos. Múltiples instituciones y sujetos estuvieron involucrados en la definición de la trama local de la puesta en práctica de la política.

En paralelo se generaron políticas de articulación con universidades nacionales para la realización de estudios evaluativos que proveyeran información valiosa al describir y comprender los cambios pedagógicos, culturales, institucionales y sociales desencadenados a partir de la implementación del programa, e identificar los factores que dificultaban los procesos de integración de tecnologías en las de enseñanza y de aprendizaje. Las distintas etapas de los estudios arrojaron una valoración positiva y un alto grado de aceptación del programa, compartida por la comunidad educativa en general. El programa influyó positivamente en distintos aspectos de la dinámica escolar: generando motivación, incidiendo en el clima escolar; acercando la escuela a la vida de los adolescentes.

La segunda y tercera etapa de evaluación focalizaron en aspectos pedagógico-didácticos, sobre todo en las relaciones con el conocimiento y en los usos de las nuevas tecnologías para la enseñanza. Las conclusiones mostraron diferentes usos y apropiaciones. Algunos puramente instrumentales, destinados a reemplazar un elemento analógico (como el reproductor de audio o video, el diccionario, la tabla periódica de los elementos) o complementario, que no transforma los procesos de enseñanza y aprendizaje. Pero incluso en esos casos daban pistas del inicio de un proceso –esperablemente lento– de apropiación por parte de los estudiantes, al generar las condiciones para integrarlos en un nuevo mundo de representaciones cognitivas relacionadas con la virtualidad y los conocimientos elementales de informática necesarios en el desempeño de los estudios superiores.

Otros hallazgos daban cuenta de conocimientos específicos –saberes técnicos y operativos– del uso de la computadora, aprendizajes relacionados con programas informáticos, con la operatoria de Internet y con sus interfaces de comunicación interactiva. Para los profesores, la llegada del programa a las escuelas implicó una intensificación del trabajo –no siempre recibido con entusiasmo– favorable a la incorporación de la tecnología en las aulas; para eso se previó un acompañamiento experto dedicado a responder las demandas del personal de las escuelas. Cuando las dificultades técnicas se disiparon se pudo trabajar en el plano pedagógico. A nivel institucional se apreció un uso generalizado de las netbooks como herramienta de comunicación: el correo electrónico, el uso del Facebook y de los blogs están muy difundidos.

Los estudios realizados muestran que los procesos de apropiación de la política en la escala local han transformado, reformulado y excedido sus propósitos iniciales, entre otras cosas por el impacto de la llegada de las netbooks en las familias de los beneficiarios, familias en muchos casos excluidas del acceso a lo digital hasta que esta política los alcanzó –y no sólo por la llegada del “aparato” sino también por el rol que tuvieron los jóvenes en la alfabetización digital de los mayores y menores del hogar. Estudio, trabajo y ocio se modificaron para los niños y adultos de las casas a las que arribaron las computadoras. Así, los saberes y la experiencia acumulada evidencian la importancia de dar continuidad a una política que ha contribuido a achicar la brecha digital entre sujetos e instituciones, ampliando el universo cultural y tecnológico de adolescentes, jóvenes y adultos.
A su vez, las netbooks que se distribuyeron contaban con un sistema operativo de código abierto desarrollado por científicos/as, programadores/as y artistas digitales argentinos y argentinas: el Huayra GNU/Linux. Este sistema sigue los principios del software libre y se distancia de las corporaciones informáticas extranjeras. Al crear un software propio, Conectar Igualdad se proponía generar las condiciones para alcanzar la soberanía digital. Este no parece ser el norte del modelo liberal que, en un sentido contrario, sostiene las decisiones del nuevo gobierno nacional.

Julia Coria y Alicia Merodo (IDH)