COLECCIÓN.

 

Milton Santos. La globalización vista desde el Tercer Mundo. Perla Zusman. Ediciones UNGS. Colección Pensadores de América Latina. Los Polvorines, 2018.

 

Con la llegada de la democracia, las universidades argentinas donde se enseña e investiga geografía se abrieron a renovadores pensamientos de otras latitudes. Milton Santos ayudó a posicionar a la geografía entre las demás ciencias sociales, remozándola teórica y conceptualmente y sobre todo como campo del conocimiento capaz de discutir cuestiones sustantivas vinculadas con el desarrollo de la humanidad.

Zusman, geógrafa argentina que se formó con Santos en San Pablo, cuenta con densidad y profundidad la vida (de película) de su homenajeado: afrodescendiente nacido en un pueblo del estado de Bahía, Santos pasó su infancia en esos parajes áridos del sertão que pintó Vargas Llosa en La guerra del fin del mundo, se recibió de abogado y fue profesor de escuela y periodista en la capital provincial. Vivió e investigó en Europa, Norteamérica y África. Sus libros, de gran influencia, fueron traducidos a diferentes idiomas, y llegó a ganar el premio Vautrin Lud, considerado el premio Nobel en la geografía. Estuvo trece años exiliado tras el golpe de 1964. Volvió a su país cuando ya se había convertido en un “ciudadano del mundo” y estaba en la plenitud de su producción intelectual y profesional.

Santos define al espacio como un sistema de objetos y acciones donde se hibridan naturaleza y cultura. Y a la geografía como una “filosofía de las técnicas”, pues plantea que es desentrañando cómo se produce la incorporación de las técnicas en el medio geográfico –cada lugar lo hace de manera diferente– que se puede llegar a una integración espacio-temporal que permita comprender cómo el espacio resulta refuncionalizado y reutilizado, en el marco de un determinado contexto científico, técnico e informacional. Estudió el rol de las metrópolis en los países de la periferia y conceptualizó los circuitos espaciales de las economías urbanas.

En sus últimos años lo preocupaba el “nuevo mapa del mundo” emergente de la globalización y la formación, frente a esos procesos homogeneizadores, de “ciudadanías incompletas” en los sectores populares urbanos, a los que imaginaba necesarios protagonistas del futuro por sus complejas interacciones como agentes sociales del circuito inferior de la ciudad y sus capacidades de generar técnicas alternativas, emancipatorias y heterogeneizantes. Para Santos, dice Zusman, el “retorno del territorio” se expresa en la oposición entre las imposiciones verticales del mercado y las resistencias horizontales de la sociedad civil, que forma un espacio solidario e interdependiente que denominó, recuperando un concepto de Francis Perroux, “espacio banal”.

Santos, sostiene Zusman, se propuso “elaborar categorías que le permitiesen comprender las especificidades de los procesos espaciales en el Tercer Mundo. Le interesaba producir un conocimiento ad hoc, y creía que la nueva sociedad se gestaría en los países del Sur.

Andrés Barsky