MÚSICA.

En 2016 se cumplen tres décadas de “El infinito cercano”, la primera grabación, en cassette, de “Uno por Uno”. Desde entonces y hasta hoy Carlos Alonso es un animador fundamental de la vida cultural de San Miguel y de las actividades del Centro Cultural de la Universidad. Acá, en diálogo con Noticias UNGS, repasa estos treinta años de trayectoria.

Más de cincuenta años atrás, siendo un niño, Carlos Alonso se vino a vivir al barrio “Los Eucaliptus”, sobre la ruta 8, pasando el kilómetro 32. No eran más de diez familias. Fue en esa época, cuenta, que comenzó a estudiar teoría y solfeo. Hasta que ingresó al secundario, y, a partir de los discos que traía desde Paraguay el padre de uno de sus amigos, comenzó a tomar contacto con “The Shadow”, “The Ventures” y “Lafayette”.

Sumando estas nuevas escuchas a la influencia del folklore, del tango y de todo lo que daba vueltas en ese momento, formó, junto a su hermano y tres amigos, “Los Brujos”, que se mantendrían activos hasta comienzos de los años setenta, incluyendo algunos cambios de nombres. Durante este período –recuerda– tocaron por Del Viso, General Rodríguez, Pilar, Escobar, Maquinista Savio, Lujan, Los Polvorines y San Miguel, y por los carnavales de Comunicaciones y de San Lorenzo. “En los carnavales se bailaba con música en vivo y se dividían en tres segmentos: tango, jazz y típica. La gente iba y venía con los grupos y orquestas y pasabas de (Osvaldo) Pugliese a nosotros, que caíamos con instrumentos eléctricos, vestidos de negro, con botas de charol. Para esa época éramos marcianos, pero tocábamos cinco veces por noche”.

También recuerda que cuando comenzó el furor por el rock argentino y los grupos cantaban en castellano a ellos les resultó difícil entrar a los circuitos de festivales como el Festival Pinap, porque no cantaban. La primera vez que hicieron algo parecido a ponerle voz a lo que tocaban fue en una performance en canal 9: Alberto, el primer guitarrista, comenzaba leyendo un fragmento sobre la úlcera del duodeno, y Carlos lo interrumpía con un “¡Vamos!”, y comenzaban sonar.

Luego de un tiempo se separaron y Carlos tuvo varios proyectos. El primero se llamó “Aquelarre”, antes que los ex Almendra eligieran el mismo nombre. Luego fue “Madrigal”, hasta que en 1973 formó “Otoño” con un compañero que se repetiría luego muchas veces, Héctor Ongarato, junto a Claudio D’Angelo y Oscar Peretto. Hacían rock sinfónico.

Paso el tiempo. Fue en los 80 que formó “Uno por Uno”, que es a la vez un grupo y una idea. Una forma, dice Carlos, en la que se le iluminó todo. Era la propuesta en la que quería estar –cuenta–, porque no era encasillable: era simplemente música.

De los comienzos de “Uno por Uno” hay una leyenda, en el under, que cuenta que una vez tocó sin ropa en Cemento. Carlos asegura que nunca tocó sin ropa, pero nos cuenta dos anécdotas que pueden dar cuerpo a aquella historia. Una es la de una vez que hicieron una función para prensa e invitados en el auditorio Santa María. En los días previos al recital, Carlos había pasado por el Parakultural y se había quedado impactado por la violencia y la fuerza poética que tenían dos actores. Cuando terminaron de ensayar, los invitó al Santa María, acordando que no le avisarían a nadie. A su señal, en la penúltima canción, los dos actores debían entrar. Resulta que lo hicieron, pero semi-desnudos: uno vestido de verde, el otro de marrón, uno como androide y el otro de homo sapiens y los dos luchando. Antes de terminar el tema se armó un tumulto y apareció la policía. Ellos siguieron tocando una canción más.

La otra anécdota es la de una acción que Carlos decide hacer con los “Uno por Uno”. Le pidió al sonidista que pusiera tres micrófonos apuntando al piso y “cuando entramos le di a cada uno un globo perlado y les dije que hicieran lo mismo que yo, en ese escenario que era altísimo. Me tiro al piso y atrás los demás, y entonces comienzo a jugar con el aire del globo, inflándolo y desinflándolo. Hasta que se pudrió todo. Ahí comenzamos a tocar”.

Hace poco más de diez años Carlos recala en la UNGS. Primero dictó un taller y luego tomó a su cargo los “Encuentros de búsqueda sonora”, una Diplomatura en Sonido e Imagen” y el desarrollo de distintas experiencias de registros y grabaciones. Este 19 de septiembre se llevará adelante una nueva edición de los “Encuentros”. En la ocasión, y conmemorando el trigésimo aniversario de “Uno por Uno”, Carlos Alonso realizará una presentación especial.

Lucas Rozenmacher