CONURBANO.
Investigador docente del Instituto del Conurbano de la UNGS y Profesor Consulto de la Universidad, el urbanista Juan Lombardo estudia hace años las condiciones en las que se desarrolla la vida en la región metropolitana de Buenos Aires. El interés de su punto de vista radica en el desplazamiento que sus análisis operan de una formulación ortodoxa, economicista, que habla de “producción de la ciudad” y piensa a la ciudad como un producto de la sociedad del capital a una mirada heterodoxa que prefiere pensar en términos de “construcción de la vida” en sus distintas dimensiones.
Por qué el énfasis principal en el estudio de la vida urbana está puesto siempre en las relaciones económicas y no en la construcción social, colectiva, de la vida? ¿Por qué la construcción de la vida queda reducida, en los análisis más convencionales y frecuentes, a un fenómeno de “reproducción” social? ¿Por qué no poner en el centro del análisis a la vida y a las posibilidades de su transformación por los propios actores? Estas preguntas organizan desde hace años las investigaciones que desarrolla y orienta en el Instituto del Conurbano de la UNGS el profesor Juan Lombardo, quien, en conversación con Noticias UNGS, recupera la idea de “institución imaginaria de la sociedad” de Cornelius Castoriadis para proponer “explorar las condiciones materiales reales y los mecanismos en que la vida se desenvuelve en el territorio”, donde las transformaciones –dice– “no se producen por el solo peso de las circunstancias de la explotación económica”: las relaciones entre los actores, explica Lombardo, “varían permanentemente”, y se trata de explorar esas variaciones desde la perspectiva de esos mismos actores y del lugar donde viven, sufren, se organizan y construyen concretamente su destino.
Se trata entonces, concluye Lombardo, “de una perspectiva de análisis que exige que se comprendan los puntos centrales de aquello que se quiere transformar en la sociedad, que se identifiquen las relaciones concretas, reales, en las que se sustenta hoy la construcción de la vida, sus perspectivas, sus formas (sociales, económicas, culturales y simbólicas), así como las relaciones que contestan las estructuras de explotación en todos los campos y que están en lucha contra su forma presente”. En otras palabras: se trata de identificar, en el terreno concreto donde se desarrolla la vida de los actores en la ciudad, las posibilidades de transformación de la sociedad.
Lombardo enfatiza que “no se trata de una visión empirista, sino de una visión compleja”, que intenta dar cuenta del conjunto de dimensiones que accionan sobre la construcción de las condiciones materiales de la vida de las personas en el territorio, y que parte desde ese mismo territorio, desde donde suceden los hechos, desde donde la vida encuentra su lugar y desde donde, por lo tanto, se sitúan las posibilidades de cambio de las cosas. Es en ese marco que se inscribe el proyecto de investigación que el equipo coordinado por Lombardo realiza actualmente en la Universidad sobre “Procesos, mecanismos y construcción de la ciudad en el Gran Buenos Aires”.
Y es estudiando estas distintas dimensiones de la vida en el territorio del “Gran Buenos Aires” que los integrantes del equipo de investigación se ocuparon de pensar en qué consiste lo que –cuenta Lombardo– “el actual presidente de los argentinos consideró, en su campaña para la elección presidencial, ‘una locura’ con la que ‘habría que terminar’, a saber: la multiplicación de universidades públicas destinadas a los jóvenes de ese territorio, de esa región. “El presidente nos dice que ‘es una locura’ y que ‘hay que terminar’ con algo que fue y es verdaderamente revolucionario: la más importante que nunca inserción de la educación superior en el territorio que estudiamos, y su impacto en la vida de las personas que allí viven.” Lombardo aporta los tres mapas que ilustran esta nota, que, elaborados por su equipo de investigación, muestran uno de los resultados (el significativo aumento del porcentaje de la población con estudios universitarios completos en una serie de veinte años) de esta “locura” que, afirma, ha cambiado significativa y muy favorablemente las condiciones en la que se desarrolla la vida de los habitantes de la región.