LIBROS, REVISTAS Y OTROS PAPELES.

 

En un contexto de depresión muy marcada de la vida cultural argentina en general, y de retracción del Estado como fuerza de impulso y promoción de la actividad editorial en particular, la intervención de la UNGS en el mundo del libro y su capacidad para incidir por ese medio en algunos de los debates que tienen lugar hoy en el espacio público de las grandes discusiones colectivas no cesa de fortalecerse. Una prueba de eso es su notable performance en la última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en la que el sello editorial de la Universidad presentó una gran cantidad de libros, llevó adelante un inédito número de actividades de distinto tipo e incrementó significativamente el número de ejemplares vendidos en relación con los de los años anteriores. En la nota que sigue se ofrecen algunos detalles sobre este desempeño de Ediciones UNGS en la última FILBA. En las páginas subsiguientes se presentan una serie de nuevos títulos aparecidos, después de la Feria, en las distintas colecciones y series que integran el rico y creciente catálogo de la editorial de la Universidad.

 

Una Feria del Libro para recordar

La Feria del Libro de Buenos Aires históricamente se ha constituido en una caja de resonancia de variadas expresiones que ponen en agenda temas y discusiones públicas en las que variados actores sociales disputan espacios en el campo cultural. Miradas en línea con las del poder hegemónico y perspectivas alternativas a ellas, y viejas y nuevas trayectorias de pensamiento, se manifiestan desde la propia arquitectura y simbología que ofrece la Rural, la distribución de los espacios entre los expositores, la forma de los stands, el ordenamiento de los libros en las mesas de exhibición, las actividades, presentaciones, seminarios, presencias.

Este 2018 fue, para la FILBA, un año plagado de celebraciones, enojos y disrupciones que se pusieron de manifiesto claramente, incluso en la misma ceremonia de inauguración. Allí, el presidente de la Fundación El Libro dio cuenta de un panorama siniestro para el mundo del libro que, con la publicación de las estadísticas 2017 de la Cámara Argentina del Libro, se complementó con cifras: aumento desmedido de las importaciones, caída de las exportaciones, aumento de los costos, concentración de la producción editorial (44% de lo producido en el sector comercial en manos de cinco grandes grupos), caídas sistemáticas de las ventas (un 35% en los últimos dos años) y retirada del Estado de las compras de libros, rubro en el que en los años anteriores había tenido un protagonismo muy marcado. Todo lo anterior se infiere como resultado de la peor decisión posible en materia de políticas públicas: la de que el mercado fluya libremente.

Fue particularmente significativa también, en esa inauguración la imposibilidad de los ministros de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación de dar sus discursos, interrumpidos ambos por el sonoro reclamo, frente al cierre de 29 institutos superiores de profesorado en la ciudad de Buenos Aires, de numerosos actores del mundo de la educación, quienes estuvieron acompañados en este reclamo por muchos de los presentes en el acto. También fueron significativas las palabras de la escritora Claudia Piñeiro, que en el discurso de apertura de la Feria puso en el centro de la escena a los escritores y su lugar como trabajadores, además de denunciar, entre otras cuestiones, la invisibilización del trabajo de las mujeres en estos espacios.

A100 años de la Reforma Universitaria, y considerando los dichos recientes de la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, que cuestionó la propia existencia de las universidades del conurbano bonaerense, es posible hacer un balance de esta Feria del Libro de Buenos Aires viendo el lugar que universidades como la UNGS han tenido al hablar, intervenir, mostrar su producción y decir mucho sobre temas tan fuertes como los derechos humanos y la igualdad. Desde cada uno de los lugares en los que la Universidad organizó y protagonizó actividades y espacios esto fue más que evidente.

Desde Ediciones UNGS sostenemos que las universidades editamos porque tenemos mucho para decir. Nuestros catálogos, nuestras colecciones y series de publicaciones son expresión del conjunto de las intervenciones que surgen del trabajo de todos los actores que participan en el día a día de la vida universitaria. El stand 536 del pabellón azul, la tradicional esquina, pequeña, humilde y llena de vida, mostró este catálogo de más de 500 títulos, también presentes en el stand colectivo de la Red de Editoriales de las Universidades Nacionales de la Argentina en el pabellón amarillo, donde 45 sellos de universidades nacionales mostraron también sus catálogos y llevaron adelante, en el pequeño auditorio del stand, actividades y presentaciones de libros y colecciones. El stand del pabellón ocre “Orgullo y Prejuicio”, sobre diversidad de género, organizado por la Fundación El Libro, también mostró los varios libros de Ediciones UNGS sobre esa problematica.

El programa de actividades de la UNGS en esta FILBA fue expresión clara de cómo una universidad pública interviene más allá de sus fronteras con el libro como motivo o como excusa: nueve presentaciones en salas, auditorios y otros espacios, en las que se pusieron en agenda temas y se discutió sobre cuestiones tan variadas como la diversidad de género, los derechos humanos, la historia reciente, las matemáticas, el pensamiento latinoamericano, la economía del gobierno de Macri y la educación.

Además de estas intervenciones públicas de nuestro sello, con un equipo editorial más que activo y presente, y con muchísimos otros también activos actores de la Universidad, la UNGS tuvo un balance que habla a las claras de que tiene un catálogo vivo y de que sabe llegar a los lectores: 1814 ejemplares vendidos (un 38,5% más que en 2017 y un 70% más que en 2016), segundos en ventas en el stand de todo el sistema universitario argentino, y ocupando un lugar más que destacado en las ventas en el stand “Orgullo y Prejuicio”, sumado a haber convocado en todas las presentaciones a unos 800 asistentes. Una feria del libro para recordar.

 

Darío Stukalsky