JORNADA DE FILOSOFÍA.

 

Se desarrolló en el campus de la UNGS en Los Polvorines una jornada académica que reunió a investigadores, docentes y estudiantes de filosofía de distintas universidades del país, organizadas por equipos de la UNGS y la UNC, de Córdoba. El tema: el lugar, el sentido y las tareas de las humanidades en el mundo actual.

 

Los equipos del área de Filosofía del Instituto del Desarrollo Humano (IDH) de la UNGS y los del Centro de Investigaciones “María Saleme de Burnichon” de la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyHH) de la Universidad Nacional de Córdoba tienen una larga historia de trabajo en común, que se ha materializado en la organización coordinada de incontables reuniones, jornadas y congresos, en la puesta en funcionamiento de diversas redes interuniversitarias y en el desarrollo compartido de todo tipo de proyectos académicos, de los que dan cuenta a lo largo de los últimos diez años numerosas producciones bibliográficas conjuntas aparecidas a través de los sellos editoriales de ambas universidades. Esta vez, sobre el cierre del actual ciclo académico, los miembros de ambas instituciones se unieron con los editores de Ideas, revista de filosofía moderna y contemporánea, para llevar adelante conjuntamente, en el microcine de la UNGS, las Jornadas de Filosofía “Las Humanidades y el presente”.
Durante dos días de intensas deliberaciones, una treintena de oradores expusieron sobre “La urgencia del presente y la mirada filosófica”, “La enseñanza y la investigación en el campo de las ciencias humanas”, “Hannah Arendt y el presente de las humanidades”, “Política, literatura y filosofía”, “Filosofía y modernidad”, “Filosofía y teoría política” y “Tiempo, historia y subjetividad”. Las presentaciones giraron sobre el lugar de las humanidades en un mundo y en un ambiente universitario donde esas disciplinas en general, y la filosofía en particular, suelen ser objeto de todo tipo de desconsideraciones, contra las cuales los distintos expositores recuperaron tanto algunos episodios sugerentes de la historia de las ideas como algunas tesis recientes, como las que pueden encontrarse en el muy sugestivo Sin fines de lucro, de la filósofa norteamericana Martha Nussbaum, recuperado en el curso de las conversaciones como emblema de un tipo de pensamiento anti-utilitario y crítico.
En el curso del encuentro tuvo lugar también la presentación el libro de Javier Trímboli Sublunar. Entre el kirchnerismo y la revolución, a cargo de investigadores de las dos universidades organizadoras y de María Pia López, directora del Centro Cultural de la UNGS. El libro de Trímboli plantea una interesante reflexión sobre los modos en que los hombres podemos, después de transcurrida una experiencia, pensar en torno a ella y a su sentido. Bajo los auspicios de una idea de Thomas Eliot que sirve de epígrafe a Respiración artificial de Ricardo Piglia, y que Trímboli recupera en el inicio de su propio recorrido, el libro propone una discusión sobre los modos de pensarse la experimentación y la experiencia, las derrotas de las expectativas acuñadas en el pasado y el derrotero de las experiencias individuales y colectivas. Derrotero y derrota. Los presentadores del libro de Trímboli se preguntaron si acaso la tarea de la filosofía no es ayudarnos a pensar el conjunto de derrotas de la que está hecha la historia de los pueblos.
El cierre del encuentro estuvo a cargo de Diego Tatián, ex decano de la FFyHH de la UNC y autor de una relevante obra en el campo de la filosofía política argentina actual, y de Eduardo Rinesi, investigador docente del IDH de la UNGS. A través de un ejercicio de lectura de dos obras de William Shakespeare, el poema lírico La violación de Lucrecia y la tragedia Julio César, Rinesi presentó un argumento en favor de un tipo de investigación en humanidades capaz de articular las preocupaciones de la filosofía con las fuentes que proporciona el gran tesoro de la literatura clásica. Por su parte, Tatián, que en su intervención retomó la que previamente había realizado la investigadora docente de la UNGS Gisela Suazo, planteó la idea de las humanidades como un derecho, y se preguntó por el modo de ejercicio de ese derecho, que es también –sugirió– una obligación, en un país sacudido como lo está el nuestro por un hecho ominoso como la desaparición y muerte del joven Santiago Maldonado.