CULTURA.
En el marco más general del Proyecto “Acción Noroeste”, el Observatorio Cultural de la UNGS ha elaborado un valioso informe sobre recursos culturales para la cuarentena con el propósito de ayudar a seguir pudiendo ejercer el derecho a la cultura en un contexto tan adverso.
El Observatorio Cultural de la UNGS es una iniciativa del Proyecto “Acción Noroeste”, que dirige el investigador docente Lucas Rozenmacher, coordinador de investigación del área de “Cultura, culturas” del Instituto del Desarrollo Humano de la Universidad y profesor de Artes Audiovisuales y de Prácticas Pre Profesionales en su Licenciatura en Cultura y Lenguajes Artísticos, y que hace unas semanas dio a conocer un relevamiento de ofertas culturales de todo el país, con la indicación de los sitios web de cada una. Un regalo especialmente valioso en estos tiempos de pandemia y encerrona.
“Acción Noroeste” es el resultado de una serie de iniciativas desplegadas desde 2014 por el propio Rozenmacher junto a algunos de sus estudiantes, varios de ellos egresados hoy de la carrera (Rozenmacher menciona a “los dos primeros”: Oriana Racciatti y José Albornoz, que hoy trabajan a la par suya en la coordinación de las distintas líneas del proyecto), para desplegar una serie de acciones que permitieran a la Universidad construir canales de intervención directa con las instituciones culturales de su territorio de referencia más inmediata: en principio, los tres partidos del ex General Sarmiento (San Miguel, Malvinas Argentinas y José C. Paz), y últimamente, también, Moreno, así como Don Torcuato, en Tigre.
De ese empuje inicial surgieron –recuerda Rozenmacher– “dos instrumentos, que son otras tantas partes de esta misma herramienta de intervención, participación y generación de conocimiento sobre temas de arte y cultura”, y que hasta el momento han involucrado a más de un centenar de estudiantes. Uno de ellos es el Festival Artístico del Noroeste (FAN), que lleva ya varias ediciones, a través de las cuales, gracias al valioso trabajo de un grupo de graduados y graduadas de la carrera (entre ellas Carolina Do Pazo, María Sol Guarino y Micaela Zalazar Cuello), el número de asistentes se ha elevado de los 600 del inicio a los más de 2000 del año pasado.
El otro es el Observatorio Cultural de la Universidad, un instrumento de investigación acción orientado a caracterizar las formas de producción y sostenimiento de los espacios culturales (tanto públicos como comunitarios) de la región y relevar su estado de situación. La investigación permitió identificar también algunas cuestiones dignas de atención, como la mayor concentración o dispersión de esos espacios en las cabeceras de los tres municipios, la precariedad de sus habilitaciones, la informalidad de sus relaciones laborales y la dificultad en que las exigencias de tramitaciones pública pone a aquellos que se sostienen en la autogestión o en el movimiento de las economías informales.
A lo largo de estos últimos dos años, comentó Rozenmacher a Noticias UNGS, “el Observatorio estuvo trabajando mucho con los espacios culturales de Malvinas Argentinas, que hoy tienen fuertes estímulos del propio gobierno municipal para desarrollar sus actividades con mucha libertad, pero que siguen arrastrando estos problemas vinculados a la fragilidad y provisionalidad de sus acciones”. De esa experiencia surgió el informe publicado por el Observatorio a fin de 2019 y también un trabajo en común con esos actores para la construcción de una propuesta jurídica que contemplara las singulares características de las actividades que llevan adelante estas instituciones.
Desde el punto de vista de su sustentabilidad y de su inserción institucional, el Observatorio aprovechó en los últimos años las posibilidades brindadas por distintas líneas de financiamiento externas e internas a la Universidad, y se encamina ahora a formalizarse como proyecto de investigación sistemático, con el propósito de reforzar, junto a su importancia en la formación de los estudiantes de la carrera en los temas de la gestión cultural, su posibilidad de generar líneas de generación de conocimiento teórico y empírico sobre la producción, el desarrollo, las prácticas y la gestión del arte y la cultura en el noroeste del conurbano bonaerense.
Por lo demás, el Observatorio busca ampliar su mirada y sus posibilidades de intervención a partir de su fuerte vinculación y del trabajo que viene desarrollando conjuntamente con otros Observatorios Culturales Universitarios con funciones semejantes a la suya, como el de la Universidad Nacional de Avellaneda, el de la Facultad de Bellas Artes de la UNC (Córdoba) y los de las Facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias Económicas de la UBA (Buenos Aires), así como con las áreas de trabajo sobre industrial culturales de la UNPAZ (José C. Paz) y con la red de investigadores en gestión cultural de la Argentina.
Esta mirada nacional más amplia le permitió en estas semanas al Observatorio de la UNGS dar a conocer un informe sobre “Recursos culturales para la cuarentena” (ungs.edu.ar; Facebook), que permite acceder a los sitios de internet de una gran cantidad de instituciones de todo el país. Poniendo a circular esta información, asegura Rozenmacher, el Observatorio contribuye al cumplimiento de una de las cuatro funciones básicas que el Estatuto de la Universidad le asigna, que es el de la promoción de la cultura, a la que entendemos como un derecho humano, social y comunitario.
En tiempo de cuarentena, explica Rozenmacher, “poder acceder a propuestas artísticas y culturales es poder ejercer efectivamente ese derecho a la cultura tomando conocimiento de una cantidad de propuestas generadas por actores que, en muchos casos, no producen en el centro urbano porteño, sino que producen, piensan y miran el mundo desde sus propias comunidades: hay ahí propuestas misioneras, cordobesas, correntinas, bonaerenses y fundamentalmente hay más de una docena de ofertas propias de nuestra región, donde cada día, a partir de la metodología de la bola de nieve, vamos encontrando alguna más.”
De esta manera, el Observatorio Cultural de la UNGS ofrece un importante servicio a quienes deseen acceder a una diversidad muy grande de propuestas culturales en todo el país, al mismo tiempo que contribuye al conocimiento de lo que se hace en el campo de la difusión de la cultura en una cantidad de instituciones que, como dice Rozenmacher, “hoy apenas pueden sostenerse, porque tienen que salir a parar la olla en medio de esta situación tan tremenda, o porque están trabajando, en la emergencia, con las organizaciones sociales de los territorios, con los municipios o con el Ministerio de Desarrollo Social”.
La situación planteada por la pandemia y por la cuarentena pone a los centros culturales de todas partes, y sobre todo a las más informales y a las más pobres, como las que despliegan su tarea en la región de referencia de la UNGS, ante nuevos y dramáticos desafíos. El modo en que ellos vienen siendo encarados y resueltos formará sin duda parte del acervo de conocimientos que el Observatorio recogerá de la interacción con sus pares de las distintas universidades del país, con los que siguen trabajando intensamente, y de su trabajo con las instituciones más cercanas en este año tan singular.
05/05/20