OBSERVATORIO CULTURAL UNGS.
Somos libres de leer, mirar y escuchar lo que queremos, o alguien define aquello a lo que accederemos para modelar nuestra mirada del mundo? ¿En qué medida el entramado cultural y social influye en lxs actores (productores, artistas, gestores culturales) a la hora de crear y llevar adelante un espacio cultural? ¿Cuál es el rol del mercado y del Estado en la vida (y muerte) de un espacio cultural independiente y autogestivo? ¿Qué tan independiente puede llegar a ser un espacio cultural (centro cultural, teatro, biblioteca, sala de exposición)? ¿Cuántos espacios tenemos en la región? Y finalmente: ¿cuál es el rol del gestor cultural en todo esto? Esas preguntas fueron los disparadores para elaborar el Observatorio Cultural de la UNGS y responderlas en conjunto con otros actores, en grupo, en la práctica. El campo cultural requiere del desarrollo de herramientas para conocerlo. En esa línea pensamos este proyecto. Creado en 2016 por estudiantes y graduados de la Licenciatura en Cultura y Lenguajes Artísticos de la Universidad, con la convicción de que no pueden haber políticas públicas sin planificación, y de que tampoco puede haber planificación sin información, llevamos adelante este observatorio cuya actividad central es relevar datos de espacios culturales (y vincularlos) del ex partido de General Sarmiento: José C. Paz, Malvinas Argentinas y San Miguel. Definimos como espacios culturales a aquellos en los que se desarrolla una actividad de producción, formación artística y/o presentación de obras.
Creemos importante estos trabajos de reflexión, elaboración de herramientas metodológicas, investigación y lectura de la información recabada para formar gestores culturales, investigadores y artistas con conciencia regional y mirada territorial. Trabajar en conjunto, reconociendo los procesos de aprendizajes de las organizaciones, centros culturales, casas de cultura, sociedades de fomento, entre otras instituciones (ya sean públicas, municipales o privadas, independientes). Para poder evaluar y planificar políticas públicas eficaces y eficientes, es necesario un conocimiento exhaustivo y riguroso sobre la realidad cultural de la región. En este sentido el Observatorio Cultural es una herramienta indispensable para el diseño e implementación de tales políticas.
En la actualidad el Observatorio Cultural UNGS cuenta en su base de datos con más de 100 espacios culturales relevados y se consolida como el único mapa cultural, actualizado y dinámico, de la región. Al mismo tiempo realizamos más de 40 entrevistas en profundidad a directores y coordinadores de los espacios culturales de las cuales se desprenden los siguientes indicadores: cantidad de trabajadores de la cultura vinculados de forma directa e indirecta a estos espacios del sector autogestivo e independiente, modo de financiamiento, variedad de lenguajes artísticos, distribución en el mapa de los espacios culturales en la región, entre otros datos. De esos encuentros y charlas con lxs directorxs surgieron una serie problemas comunes a los cuales vamos a atender. Un problema central en la región es la ausencia de legislación para el sector cultural, no existe (ni existió) en la actualidad la figura legal de centro cultural o espacio cultural en los tres municipios con los que trabajamos.
Eso nos llevó, en 2018, a comenzar una nueva etapa del proyecto y trabajar de forma cooperativa para elaborar un marco normativo general en materia de cultura, incluyendo en la agenda la discusión sobre políticas de base cultural comunitaria: Construir un texto para regular, proteger e impulsar la actividad cultural/artística regional que luego tomará forma de ordenanza, ley, regulaciones, etc. Para esto tomaremos experiencias de diferentes colectivos que ya trabajaron en el plano legislativo y la información obtenida en este Observatorio Cultural. Es necesario propiciar el reconocimiento legal de la cultura como una dimensión transversal a las políticas públicas que persiguen el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas, determinar herramientas para articular y establecer metodologías, derechos y obligaciones de distintas partes. Generar este marco normativo es importante para garantizar (conjuntamente con otras acciones) la sostenibilidad de políticas culturales más allá de un gobierno, partido o persona.
Otros problemas comunes que surgieron fueron: generar un público propio de cada espacio, financiamiento, comunicación y agenda compartida. Problemáticas comunes, agendas compartidas, prácticas autogestivas y ahora reunidos en encuentros mensuales que le dan entidad como sector. Se fortalecen y crean tejidos, en esta construcción la universidad pública asume un rol central, pero junto con otros actores e instituciones sociales. Se viene una red de espacios culturales autogestivos e independientes en el noroeste del Gran Buenos Aires.
José Albornoz
Foto: Liliana Gutiérrez.