TRANSFORMACIONES PRODUCTIVAS Y EMPLEO.

Organizada por las licenciaturas en Economía Industrial y en Economía Política del Instituto de Industria, se realizó en la UNGS una jornada para reflexionar sobre el ingreso ciudadano incondicional, monetario y universal, una propuesta disruptiva que se está debatiendo en el mundo en un marco de crecientes cuestionamientos a la organización de la sociedad actual.

Transformaciones productivas y empleo

En un contexto de profundos cambios, una idea desafiante se debate a nivel internacional: la propuesta de ingreso ciudadano o renta básica, que apunta a garantizar una forma de ingreso monetario a todos los ciudadanos, sin ninguna condición. El tema se puede abordar desde la automatización industrial, la lucha contra la inequidad creciente, la ecología, el feminismo, la lucha contra la burocracia estatal y el clientelismo. En síntesis, desde un cuestionamiento integral al modo en el que hoy está organizada la sociedad. Con la intención de reflexionar y aportar ideas, se realizó en la UNGS la jornada “Transformaciones productivas y empleo: la propuesta del ingreso ciudadano o renta básica”, impulsada por las licenciaturas en Economía Industrial y en Economía Política del Instituto de Industria (IDEI).Para comprender la propuesta de la renta básica desde un abordaje holístico, los organizadores invitaron a expositores de diversas especialidades y campos de investigación. Participaron Víctor Liste, ingeniero electrónico especializado en automatización y robótica, Pablo Míguez, doctor en Ciencias Sociales, y Rubén Lo Vuolo, economista.

¿Por qué el sistema socioeconómico falla en seguir traduciendo las mejoras tecnológicas en mejoras en la calidad de vida de la población mundial? Esa fue una de las preguntas que atravesó la exposición de Liste, investigador docente de la UNGS. El especialista aseguró que, pese a que la productividad industrial se multiplicó por cuatro en los últimos 60 años, la jornada laboral solo se redujo marginalmente y hay todavía elevados niveles de pobreza en el mundo. Para Liste, la productividad se usó para elevar el consumo, pero no siempre de cosas necesarias, por eso hoy vivimos la era de los descartables, lo que conlleva un impacto ambiental. El dilema –sostuvo– es que el uso eficiente de los recursos naturales implica resolver más necesidades con menos recursos, lo que significa también menos mano de obra y menos empleo. Según el especialista, se habla mucho del mito del desempleo tecnológico y de que siempre se pueden crear nuevos empleos, pero poco se menciona qué tipo de empleos se están generando. Y planteó: “¿tiene sentido defender empleo que se mantiene en base a ser ineficientes en el aprovechamiento de los recursos naturales? ¿Empleos monótonos, insalubres, que causan daño ambiental?”.

Por su parte, Míguez hizo un recorrido histórico de la evolución del capitalismo, desde los procesos de taylorización del trabajo y la valorización de la “economía del tiempo” hasta la etapa actual, que comenzó en los 80, en la que se destaca el trabajo intelectual, transversal a los diferentes sectores económicos: el “capitalismo cognitivo”. El investigador docente de la UNGS enfatizó que en este nueva etapa el aumento de la productividad no se corresponde con más empleo y que si bien el Estado como regulador puede aminorar las desigualdades innatas al sistema capitalista, no puede eliminarlas. Mencionó dos visiones sobre esta situación –la de los tecno-optimistas y la pesimista– y aseguró que la idea de renta básica, que atraviesa distintas posiciones políticas, es una de las alternativas que surgió ante esta problemática, al proponer que la renta no vaya solo a los propietarios del capital. Míguez, que es también investigador del CONICET, se refirió a las críticas que le hacen a la propuesta diversos actores, entre ellos los sindicales, para los cuales una medida así podría debilitar la acción colectiva, y explicó que las principales observaciones se asocian a la desvinculación de la renta básica con la idea de ingreso asociado al empleo.

En su intervención, Lo Vuolo, presidente de la Red Argentina de Ingreso Ciudadano y director académico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), indicó que con la renta básica se elimina la “trampa de la pobreza” de los subsidios condicionados que “te obligan a caer en la pobreza para después cobrarlos y que te incentivan a mantenerte pobre para no perderlos”. Además, desde su perspectiva, el ingreso ciudadano eliminaría el “clientelismo” ya que “nadie te lo puede quitar”. Para finalizar, Lo Vuolo resumió: “Las distintas pruebas realizadas muestran que florecen los microemprendimientos. Vivimos en un mundo rico que fuerza a los jóvenes a preguntarse con angustia: ‘¿Cómo me voy a ganar la vida?’ La renta básica busca que la pregunte mute a: ‘¿Qué me apasiona? ¿Cómo me gustaría contribuir con la sociedad?’”.