ESTRATEGIA INNOVADORA.

Un estratégico proyecto de investigación y desarrollo se encuentra en marcha desde hace un año a través del consorcio formado por la UNGS y la empresa ARX Arcillex SA. El propósito es producir combustible a partir de la fracción segregada, triturada y deshidratada de los residuos industriales no especiales y de los residuos domésticos provenientes de los planes de recolección diferenciada. El proyecto obtuvo financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.

 

La producción de residuos es propia de toda comunidad humana, y su disposición final se vuelve un problema a medida que las aglomeraciones urbanas crecen en tamaño. “Desde 2010, los equipos de Ecología del Instituto del Conurbano trabajamos para promover el reciclaje de residuos y su posterior uso en procedimientos industriales”, explica la investigadora docente Raquel Bielsa, responsable y coordinadora de una iniciativa original e innovadora. Se trata del trabajo asociado entre la UNGS y la empresa Arcillex a fin de disminuir los volúmenes de residuos dispuestos en los rellenos sanitarios, desarrollar una planta piloto para la producción de 150 toneladas por día de combustible derivado de residuos (CDR), escalar luego a una de mayor capacidad de tratamiento y optimizar la transformación de desechos en combustibles alternativos útiles para emplearlos en procesos productivos industriales de fabricación de arcilla expandida y cemento.

Arcillex se dedica desde 1966 al rubro de la construcción, a partir de la producción de arcilla expandida LECA y vigas livianas. Desde 2012 se especializa en la revalorización de los residuos industriales no dañinos. Realiza ambas actividades en su planta de José León Suárez. Cuenta con 84 hectáreas de yacimientos propios para la extracción de su materia prima. Una parte de la producción del CDR abastece la demanda energética de la planta, junto el gas natural necesario, para transformar la arcilla en LECA. La empresa se ocupa de recuperar chatarra ferrosa, no ferrosa, vidrios, residuos voluminosos (aparatos eléctricos y electrónicos, electrodomésticos de hogar o muebles). “Trabajamos con una cooperativa que aprovecha esos materiales para su recupero o para vender. Todo lo que se pueda reciclar se separa previamente. El resto va a este proceso de producción de combustible sólido recuperado”, informa Gustavo Protomastro, director del proyecto en la empresa.

Arcillex recibe residuos industriales no peligrosos, desechos de fábricas o actividades comerciales que antiguamente iban al CEAMSE: envases para embalajes, recortes de alfombras, telas, neumáticos, materiales hechos en base a caucho, todo lo que la industria descarta en distintos procesos de elaboración y embalaje. “Es un tipo residuo muy voluminoso: 80/100 kilos el metro cúbico. Para tomar como parámetro: 250/300 kilos de basura domiciliaria ocupan un metro cúbico. Este proyecto busca reducir el volumen de lo que se entierra. Incluso parte de ellos son residuos peligrosos, y eso es lo que estamos estudiando”, explica Protomastro.

A partir del subsidio de 10 millones de pesos otorgado por el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC), el MinCyt y el aporte de 32 millones de pesos realizado por Arcillex, se construyeron un galpón de 300 m2 y un laboratorio y se adquirió un equipo triturador primario. El equipo reduce cualquier tipo de residuo a un tamaño aproximado de 10 centímetros. El material pasa luego por un cargador magnético que separa el hierro (que se llevan los chatarreros) y por último por un granulador, que termina de generar el combustible. Esta línea puede producir 2 mil metros cúbicos o dos millones de kilos de CDR por día.

“Este proceso busca concentrar un material de alto poder calorífico, para luego quemarlo en un horno cementero que tiene menos impacto que en una antigua incineradora de basura porque en estos hornos se dan una serie de reacciones químicas (por las altas temperaturas) que absorben la contaminación. Además para este tipo de combustible se usan lavaderos de gases más exigentes que si solamente se quema. Este material se está produciendo para mandar a hornos más complejos que los de Arcillex, como los de Loma Negra y cementos Avellaneda en Olavarría.

Para lograr una calidad óptima del CDR, la UNGS estudia la valorización energética de los residuos y el poder contaminante de los compuestos, y capacita recursos humanos en el tema. Un primer aporte a esos objetivos es el trabajo realizado por Susana Lusich, una reciente graduada de la licenciatura en Ecología de la UNGS. Su tesis final consistió en identificar qué tipo de residuos industriales permiten generar combustibles sólidos, y para ello visitó durante dos meses la planta de Arcillex. “Mi trabajo se centró en verificar si la valorización energética de combustibles alternativos resulta una tecnología factible a nivel ambiental, social y económico. Tomé muestras durante la molienda que luego llevé a los laboratorios de la UNGS, donde analicé los niveles de cloro y azufre. Ambos resultados dieron dentro de los límites estándar permitidos para emisiones. También identifiqué que un kilo de material genera entre 4.500 y 6.500 kilocalorías, o que dos kilos de CSR equivalen a un metro cúbico de gas natural en hornos cementeros”, explica Lusich, y agrega: “Este combustible permitiría entonces reemplazar una gran parte del gas usado por las cementeras, que hoy utilizan el equivalente al consumo de 50.000 familias por día”. Un dato interesante que agrega Lusich es que entre los materiales que componen el CDR las etiquetas autoadhesivas aparecen en mayor proporción y representan el mayor poder calorífico. “Se trata de un residuo que no tiene otras técnica de recuperación, sólo una muy costosa en Alemania”.

Alejando Ontivero es ingeniero ambiental y doctor en Tecnología Química por la Universidad Nacional del Litoral. Llevaba adelante su trabajo posdoctoral en Santa Fe cuando Bielsa lo invitó a sumarse a la investigación. “Me entusiasmó poder hacer trasferencia de tecnología desde la universidad hacia el sector privado”, dice. Por su parte, Emmanuel Maldonado, a punto de graduarse de licenciado en Ecología, participa en este proyecto relevando elementos para su tesis, que trata sobre la presencia de residuos industriales no especiales en basurales. También Norma Faitani, estudiante de la Licenciatura, se ha sumado a la iniciativa, trabajando, gracias a una beca de investigación y docencia, sobre la gestión de los residuos en el propio campus de la UNGS.

“Es fundamental promover políticas públicas para la separación de residuos, sobre todo en las industrias. Mientras contaminar el ambiente no le cuesta a nadie y los responsables de arrojar efluentes a los ríos o enterrar residuos sin diferenciarlos no paguen por estas acciones, los planes de basura cero son inviables”, expresa Protomastro, y concluye: “Hay que concentrar materiales o darle un valor posterior, y eso estamos haciendo con este proyecto. Es una oportunidad para desarrollar e implementar tecnología que permita revalorizar los residuos e incorporarlos en el sistema productivo”.

Brenda Liener

 

Formar doctores para hacer transferencia

Desde hace algunos años la UNGS viene desplegando un conjunto de iniciativas destinadas a promover las actividades de transferencia de conocimientos y de vinculación con distintos actores sociales y productivos de la región. Una de ellas ha sido la elaboración del proyecto “Fortalecimiento de la transferencia tecnológica para áreas de ingeniería y ciencias naturales y exactas de la UNGS”, que fuera oportunamente aprobado y financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) como parte de la convocatoria “Doctores en Universidades para Transferencia Tecnológica (D-TEC)”. Ese financiamiento permite la incorporación a la UNGS de 4 doctores y 6 profesionales asistentes con una dedicación exclusiva para trabajar en el desarrollo y el fortalecimiento de las actividades de transferencia tecnológica vinculadas a las áreas de ciencias de los materiales, ingeniería química, informática, física y ecología de los Institutos de Ciencias, de Industria y del Conurbano. Esta incorporación de profesionales altamente calificados, con experiencia en el tema, sumado a la posibilidad de formar equipos específicos, posibilitará la ampliación y el mejoramiento de las capacidades institucionales para articular los conocimientos generados en la Universidad con las necesidades y demandas socioproductivas del territorio.
La aprobación del proyecto por parte de la Agencia prevé además un financiamiento adicional para la compra de insumos y equipamiento, la capacitación de los doctores y los asistentes, la promoción de actividades y la difusión de resultados entre otros rubros.
Entre fin de 2014 y comienzos de 2015 se incorporaron un doctor y dos asistentes para desarrollar sus actividades en los equipos de física del proyecto, y entre fin de 2015 y comienzo de 2016 lo hicieron tres doctores y tres asistentes en los equipos de informática, ciencias de los materiales e ingeniería química. Si bien la convocatoria no permitía que se presentasen investigadores docentes que ya estaban trabajando en la Universidad, para ocupar algunos de los puestos de asistentes fueron seleccionados algunos graduados/as que ya se habían desempeñado como becarios/as de la UNGS y que tenían una fuerte motivación por desplegar las actividades de transferencia tecnológica.

Pablo Bonaldi
Vicerrector