ENTREVISTA.

 

Desde comienzos de este año, la UNGS cuenta con una nueva secretaria de Desarrollo Tecnológico y Social. Inés Arancibia es Licenciada en Trabajo Social por la UBA y Magister en Economía Social por la UNGS. Ha desarrollado una amplia experiencia en organizaciones sociales y sindicales y en la gestión de políticas públicas nacionales y provinciales de inclusión productiva, desarrollo territorial, promoción de sistemas productivos territoriales, trabajo autogestionado y procesos asociativos rurales y urbanos. En el Instituto del Conurbano (ICO) de la Universidad ha dictado clases en el Área de Sistemas Económicos Urbanos y en la Maestría en Economía Social. Es asimismo profesora titular de “Planificación Social Territorial” y “Planificación para la Intervención Comunitaria en la vecina Universidad Nacional de José C. Paz. Investiga sobre problemas de Economía del Trabajo, necesidades sociales y territorio, y desde 2018 ha coordinado, desde la propia SDTyS, un proyecto orientado a crear un Programa de Asistencia Técnica a Municipios en Políticas de Economía Social (PAMES). Noticias UNGS conversó con ella sobre las actividades y los planes de la Secretaría a su cargo.

 

-¿Cuáles son las líneas principales en las que se desarrollará tu gestión?

-Aún estamos acordando el Plan de Trabajo bianual y sus líneas específicas con les Decanes y les Secretaries de los Institutos, pero la estrategia que nos hemos planteado desde la Secretaria es ampliar las vinculaciones de la Universidad hacia los actores sociales a partir de fortalecer y articular las competencias internas de los equipos de los Institutos. Necesitamos no solo dar respuesta a las demandas que recibimos sino, fundamentalmente, visibilizar la investigación y las innovaciones que están desarrollando muchos investigadores e investigadoras, al mismo tiempo que convocar también a estudiantes, graduades y no docentes a formarnos mejor para promover nuevas acciones de desarrollo tecnológico y social que atiendan las múltiples necesidades de la sociedad en que vivimos. En estos meses hemos empezando a coordinarnos para trabajar en esta perspectiva con las pymes, el sistema educativo, los gobiernos locales, la economía social, los centros de formación profesional, la producción hortícola, pero aún nos quedan muchas líneas a seguir fortaleciendo. 

 


-Hubo en abril un encuentro con empresarios y representantes de cámaras. ¿Tendrá continuidad este tipo de intercambios?

-Sí, vamos a trabajar con Mesas Pymes, que convocamos en conjunto con el Instituto de Industria (IdeI), las áreas de producción municipales y las cámaras locales. Empezamos con las pymes de Malvinas Argentinas. Teníamos pensado iniciar tres de esos primeros intercambios, pero tuvimos que postergar las dos siguientes por las nuevas restricciones de cuidado sanitario. Esa primer mesa fue muy bien recibida por las pymes, ya que nos hacía falta un espacio recurrente donde podamos no solo intercambiar demandas y aportes posibles desde la UNGS, sino también acordar líneas de trabajo que implementen vinculaciones concretas para superar los encuentros de “diagnóstico”. Se acaba de aprobar para la UNGS el financiamiento para un Centro de Asistencia Pyme gracias al programa PROCER (Programa de Competitividad de Economías Regionales) del Ministerio de Desarrollo Productivo. Esta combinación entre Mesas de Actores para acordar políticas conjuntas y herramientas programáticas que nos vehiculicen y agilicen acciones de desarrollo tecnológico y social (capacitaciones, transferencias o  asistencias técnicas, desarrollo de productos y procesos, innovaciones tecnológicas, entre otras) son dispositivos que vamos a poner en práctica fuertemente este año. 

 

-¿Qué acompañamiento puede brindar la UNGS al sector productivo?

-Hay varias formas, algunas ya vienen trabajando muy bien y en otras tenemos que reforzar nuestras herramientas. Se viene trabajando ya desde la UNGS en articulaciones con grandes empresas, así como capacitaciones a pymes para fortalecer procesos de gestión interna como son las llamadas “tecnologías blandas”. Hay también mucho trabajo en investigación que se está volcando a desarrollar innovaciones en sistemas que permitan potenciar la capacidad de de producción, de logística y distribución de las empresas, por ejemplo, en lo relacionado a las industrias 4.0, que requieren uso de nuevas tecnologías. Sobre este tema estamos trabajando con la Secretaría Académica, el IdeI y los demás Institutos en el diseño de una Escuela de Formación para el Trabajo, que pueda ofrecer capacitaciones en el nivel técnico profesional complementando la Escuela Secundaria para cubrir esa vacancia en la región. Con apoyo de la Secretaria de Políticas Universitarias. Hay mucho para hacer, pero también es importante saber que no somos los únicos actores del sistema científico tecnológico en el territorio del conurbano noroeste, sino que hay otras instituciones públicas, fundaciones, cámaras y centros de capacitación que vienen trabajando en la misma línea. También vamos a acompañar a las cooperativas y empresas recuperadas, que son un importante actor para algunos rubros de producción e intentan recuperar su producción y sostener sus puestos de trabajo. Lo importante es poder acompañar complementariamente esa trama productiva y poner en valor los desarrollos desde la UNGS. 

 

-¿Cuáles son las principales demandas planteadas por este sector?

-Desde el sector pyme de nuestra región hay una demanda muy importante hacia poder mejorar la calificación de los y las trabajadoras, para que puedan sostenerse y crecer en los puestos de trabajo, pero también la asistencia técnica en problemas complejos para los cuales cada empresa por su cuenta no puede conseguir asistencia, como la logística y la distribución. También se nos plantea la necesidad de trabajar juntos en las nuevas políticas orientadas al desarrollo productivo.  La asociatividad para enfrentar procesos de mejora también es importante en las pymes. 

 


-¿Qué desafíos se plantean en relación a la formación de estudiantes y su inserción laboral?

-Esta es una forma de vinculación que nos interesa mucho fortalecer: la participación de nuestros estudiantes avanzados y graduados en la industria local, así como en las políticas productivas de los gobiernos locales, que tenemos que fortalecer más, ya que eso es una muy buena forma de transferencia de calificación a empresas y municipios. Las prácticas profesionalizantes, las pasantías, así como las becas de vinculación tecnológica y social, van formando a nuestros estudiantes y graduados vivencialmente en esa trama productiva. Estamos trabajando en acuerdos con las pymes como completar esas experiencias de formación con la inserción laboral efectiva de nuestros graduados

 


-Se están desplegando políticas públicas vinculadas a estos temas. Una de ellas es el ImpaCT.AR. ¿en qué consiste y cómo participa la UNGS?

-Efectivamente, hay convocatorias muy interesantes que estimulan nuestro trabajo. Esta convocatoria, IMPACTAR, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, es muy importante, ya que impulsa a que las Universidades podamos coordinarnos internamente y con otras instituciones para dar respuesta a lo que llaman “desafíos de interés público”, planteados por municipios, ministerios u otras instituciones públicas, en los que para dar respuesta a un problema deba ponerse en juego el desarrollo científico tecnológico de una Universidad. Es muy desafiante este Programa, porque además nos obliga a las Universidades a trabajar con mucha coordinación interna, ya que se trata de problemas sociales que nunca pueden resolverse con el abordaje de una sola disciplina o equipo. Estamos trabajando con equipos de los institutos para poder aplicar a esta convocatoria en al menos dos posibles proyectos. Esperamos poder lograrlo, y nos entusiasma ver la respuesta y predisposición de los equipos de trabajo. 

 


-Otra línea es el PROCER, que mencionabas hace un momento. ¿En qué consiste y qué otras iniciativas, además de la que mencionaste en relación con las mesas pymes, estás pensando que desarrolle la UNGS en ese marco?

-El PROCER es un financiamiento del Ministerio de Desarrollo Productivo orientado a crear Centros de Asistencia a Pymes a partir de fortalecer los equipos técnicos de las Universidades para que puedan capacitar, transferir conocimientos, desarrollar productos o acompañar procesos de innovaciones tecnológicas de las pymes y emprendimientos productivos de su región. Junto con el INTI, trabajaremos junto a los equipos del IdeI para que investigadores e investigadoras docentes, graduados, graduadas y estudiantes puedan consolidar su formación en la tarea de apoyo a las pymes y dar respuesta organizada y sistemática a demandas especificas a las que muchas veces no podemos dar respuesta.

 


-La Secretaría viene realizando desde su creación  un fuerte trabajo de vinculación con las organizaciones sociales del territorio: ¿cuál es la situación actual?

-El Consejo Social es una experiencia muy valiosa para la UNGS no solo por las vinculaciones que se han generado desde ese ámbito, reforzando nuestra presencia territorial, sino sobre todo por la tensión que le genera a una Universidad el hecho de tener a referentes de organizaciones sociales participando en sus espacios internos de discusión y toma de decisiones, como los Consejos de Instituto y Consejo Superior. Lo que estamos conversando ahora con las organizaciones miembros es cómo potenciar y dinamizar el Consejo para darle una dinámica más activa en relación a los problemas sociales del territorio del que somos parte, sabiendo el rol activo que las redes de múltiples organizaciones están teniendo en el contexto de la pandemia, como siempre ha sucedido en momentos de crisis. El impulso del Fondo Solidario fue muy bueno en ese sentido, y estamos trabajando con les consejeres sociales en una nueva propuesta conjunta. 

 


-¿
Podrías hacer una reflexión sobre el protagonismo que, de  acuerdo a estudios de la propia UNGS, han tenido las organizaciones sociales  en los barrios para morigerar los efectos de la pandemia?

-Mientras transcurre esta situación –tan disruptiva para nuestras vidas– de la pandemia, que está lejos de resolverse, advertimos cómo las organizaciones nuevamente han servido de malla de contención para que el efecto social no fuera aún más crítico que lo que ya fue. En los estudios de prevención, monitoreo y control del COVID 19 en el conurbano, coordinados por el ICO, así como en las reuniones con los referentes del Consejo Social, se relevó información primaria clave para entender cómo con el aislamiento social se agravaron algunos problemas (como la caída de ingresos, la falta de acceso a alimentos, el desempleo, la violencia de género en los hogares –sobre mujeres y disidencias, niñas, niños y adolescentes–, entre otros) y cómo se visibilizan otros, no planteados hasta el momento como problemas sociales “urgentes”: la exclusión informática, la falta de acceso a la conectividad, el hacinamiento en el transporte público, y fundamentalmente los déficits severos en materia de condiciones y acceso a la vivienda y los servicios. Tener una política institucional permanente para actualizar estas necesidades y fortalecer nuestra capacidad de respuesta –desde la investigación, la formación, la transferencia y el desarrollo– a estos problemas es algo que debe convocarnos a trabajar fuertemente junto a toda la comunidad universitaria. 

Brenda Liener