FRENTE DE IZQUIERDA, FUNyP, LA MECHA UNIVERSITARIA EN ALUD.
Ninguna confianza en la CRE
Afines de abril y en plenos exámenes parciales, la gestión inició el debate sobre el Estatuto. ¿Cómo? A fin del año pasado el Consejo Superior (CS) creó un cuerpo consultivo comandado por el vicerrector: la Comisión de Reforma del Estatuto (CRE), compuesta por 16 investigadores docentes (8 profesores y 8 asistentes), 12 estudiantes, 4 graduados, 4 no docentes y 1 representante de la comunidad. Pero esta representación, más paritaria entre estudiantes y docentes, se diluye al no ser resolutivas las decisiones de la CRE: esa potestad queda reservada al CS y a la Asamblea Universitaria. ¡Vaya paradoja!: modificar el Estatuto con las herramientas que se deben modificar, es decir, con los organismos antidemocráticos que rigen actualmente. Y vaya que la CRE comenzó con un fracaso: el órgano “más democrático” pidió al CS que vote cómo empezar a discutir. Parece que con los márgenes de discusión que propone la gestión no pueden resolver ni sus primeras tareas.
¿Para qué reformar el Estatuto? Según Diker hay que adecuar el Estatuto a los cambios de funcionamiento de la UNGS y adaptarlo a los “nuevos tiempos”. Aunque admita que es una discusión política, no explica nada más allá de la cuestión administrativa. Este proceso de reforma es el último de una serie que se inició con la reforma de los planes académicos, para terminar de darle forma a la UNGS bajo el marco de la privatizadora Ley de Educación Superior. Vale la pena resaltar que con las anteriores reformas no pudieron resolverse los principales problemas de la UNGS (la deserción, la baja tasa de graduación, etc.). Tras esto se esconde la sumisión completa a la CONEAU, un organismo externo a la Universidad, que viola sistemáticamente su autonomía, validando o no los títulos, imponiendo formas de cogobierno y habilitando el accionar de los sectores privados a través de convenios espurios y pasantías precarizadoras, como con la Alumbrera y Quidminds.
Por eso, desde el CEUNGS no depositamos expectativas en la CRE y hemos propuesto una asamblea estatuyente con una composición democrática y electa por todos. Seguiremos impulsando esta propuesta en ese mismo organismo. Abramos otro camino para la reforma política y para conquistar una educación pública, gratuita, masiva y de calidad. Organicemos asambleas interclaustros para incluir todos los reclamos de los docentes y auxiliares precarizados, de los graduados y de los estudiantes. A la reforma que imponen las minorías gobernantes debemos oponerle una alternativa democrática de todos los claustros.
Frente de Izquierda
Una posibilidad de cambio
Desde el Frente Universitario Nacional y Popular (FUNyP) tenemos la firme convicción de que la Comisión de Reforma del Estatuto representa una oportunidad de cambio que los estudiantes no podemos desaprovechar. Si bien sabemos que la comisión tiene carácter de no vinculante y que la Asamblea Universitaria será el órgano encargado del tratamiento de las propuestas que reciba, también sabemos que para la aprobación de un nuevo estatuto de la UNGS se requieren dos tercios de los votos, y esa representación no es ostentada por ningún sector político en la Universidad, lo que hace necesario el consenso, garantizando de este modo pluralidad en la redacción del nuevo Estatuto.
Tampoco somos ingenuos y tenemos claro que en esta discusión cada claustro tiene intereses. Nosotros, como representantes estudiantiles, defendemos al claustro estudiantil y creemos que hay puntos de coincidencia con otros claustros en distintas etapas de la discusión, y que junto a aquellos claustros que injustamente tenemos menor representación en los órganos de gobierno de la UNGS podemos generar ciertos ejes de coordinación programática para imponer en la agenda de la reforma algo que consideramos clave desde nuestro punto de vista en la Universidad para todos los estudiantes.
Desde el FUNyP creemos que es central esta discusión en la vida de la Universidad, y sabemos que va a moldear el futuro de la UNGS. Ningún estudiante puede perderse esta discusión, por lo que creemos que es necesario generar foros de debate por la reforma del Estatuto, que sean interclaustro y que vayan siguiendo los ejes que se discuten en la Comisión de Reforma del Estatuto (CRE) en ese momento, de modo tal que estos foros enriquezcan la discusión en la CRE a la vez que llenen de legitimidad la posición de los claustros mayoritarios.
En este sentido, llamamos a todas las fuerzas del movimiento estudiantil de la UNGS a la unidad y al diálogo para puntualizar y fortalecer los puntos en los que tenemos coincidencia y enriquecer el debate en los que no tengamos consenso. Las convocamos a un proceso de debate y de defensa conjunta y coordinada de los derechos de los estudiantes y de la educación pública, a la vez que convocamos a todos los claustros a discutir punto por punto este Estatuto para generar posiciones comunes que defiendan el interés de todos los integrantes de la UNGS.
FUNyP
Democracia y participación
A fines del año pasado la Universidad comenzó la discusión sobre la revisión del Estatuto. Hace muchos años que venimos demandando y planteando, como estudiantes, la necesidad de esta reforma. En el Estatuto se define qué función cumple la Universidad, cómo se gobierna, para quiénes está pensada, quiénes la conforman y quiénes tienen derechos, entre muchas otras cuestiones. Cambiar la “constitución” de la Universidad implica adaptarla a su realidad actual, preguntarse por lo que la Universidad es y lo que quiere para sí: volver a pensarla. Por esto decimos que la reforma es una oportunidad histórica, ya que nos invita a pensar qué Universidad queremos. Hoy formamos parte de la comisión que se encarga de llevar a cabo esta discusión. Una comisión donde nuestra voz está mejor representada que en muchos otros espacios de la Universidad, pero que aun así está lejos de ser un espacio realmente participativo. La mayor parte de los y las estudiantes desconocen este debate y, más aún, desconocen la importancia de este proceso para la vida académica y ciudadana en la UNGS.
Se dice que esta reforma busca la democratización de la Universidad. Para nosotros/as democratizar es volver a pensar las relaciones de poder dentro de la UNGS, las relaciones de enseñanza, los fundamentos de la investigación y las acciones con la comunidad. Los y las estudiantes hoy somos minoría en la toma de decisiones, apenas representamos entre un 18% y un 20% en los órganos de gobierno. Además, muchos otros espacios que integramos son apenas consultivos, es decir que lo que allí se discute se define en otros lugares donde estamos en desigualdad de condiciones. En este sentido, asumimos que la democratización es tal solo si supone la igualdad numérica, la paridad en las discusiones y la toma de decisiones respecto a la gestión académica, investigativa y de acción con la comunidad. Se trata de crear una cultura política universitaria en la que podamos trascender la mera representación y ampliar espacios de participación donde la palabra de estudiantes y docentes tenga el mismo peso.
Cualquier cambio requiere que todos los actores dispongan de la información necesaria. Es cierto que como estudiantes a veces solo tenemos tiempo para venir a la Universidad a cursar y a tratar de aprobar nuestras materias. Ante esa limitación, nos queda apostar a la organización y a la creatividad. Nuestras aulas son los lugares más apropiados para enterarnos qué está pasando, qué se está proponiendo y qué podemos decidir. Estamos preparando una instancia de información y consulta para los y las estudiantes que no pueden participar directamente en este proceso. No para arrogarnos la representación, sino porque asumimos que no podemos dar cuenta de todas las realidades y que nuestro compromiso es reivindicar los derechos estudiantiles a partir de las condiciones de vida, sociales y culturales que nos atraviesan dentro y fuera de la Universidad.
Reconocemos que estamos en mejores condiciones que otras universidades en lo que respecta a transparencia institucional, a la toma de decisiones y a la propia infraestructura, pero eso no implica que no podamos pensar cómo mejorar lo que tenemos e ir por más, por nuevas y mejores prácticas. Consideramos que este es el momento para abrir nuevamente las discusiones. No tenemos todas las respuestas. Tenemos muchas preguntas y propuestas para discutir con todos los actores de la Universidad, porque entendemos que para esta reforma es necesaria una mirada integral del proceso, que incluya y respete distintas miradas. Sumá también tu voz a la reforma.
La Mecha Universitaria en ALUD