HOMENAJE.
Fue nuestro Secretario Legal y Técnico desde agosto del año 2010. Era abogado y docente y contaba con una amplia experiencia en áreas jurídicas de diversas instituciones públicas y órganos legislativos. Aunque no había trabajado antes en el ámbito universitario, su conocimiento del derecho administrativo y su experiencia profesional en órganos deliberativos le permitieron entender rápidamente las particularidades de los aspectos jurídicos que ordenan la vida de una universidad pública. Y no sólo eso. También aprendió y comprendió como pocos las muchas singularidades (administrativas, organizativas, políticas) que, como bien sabemos, caracterizan a esta universidad. Y así, en poco tiempo, Jaime se convirtió en uno más de la UNGS.
En los últimos cinco años contribuyó a ordenar nuestra normativa y a mejorar nuestros procedimientos, resolvió problemas jurídicos de distinto orden, garantizó la legalidad de las normas que produce el Consejo Superior y coordinó el trabajo de las áreas a su cargo con una calidez y un respeto que sus equipos le han reconocido públicamente. Pero por sobre todas las cosas, Jaime pensaba políticamente la Universidad. Y sabía que toda esa literatura gris contenida en los innumerables expedientes, resoluciones, normativas y reglamentos que invadían su oficina expresaba y materializaba decisiones políticas cuyo sentido le interesaba discutir. Esa era la medida de su compromiso con esta Universidad.
Quizás por ello, a pesar de la función silenciosa y de “retaguardia” que desempeñaba, extrañamos su voz, sus opiniones, su despacho siempre abierto, su buen humor, su disposición a siempre encontrar una solución a los problemas que se le planteaban, la felicidad con que cursaba la carrera de Filosofía Política de la UNGS, la alegría que le producía saberse parte de un proyecto colectivo. Quienes compartimos con él muchas horas durante estos cinco años perdimos a un compañero y un amigo entrañable. La Universidad Nacional de General Sarmiento perdió a un militante.
Gabriela Diker