CANDIDATO A DECANO DEL INSTITUTO DEL CONURBANO.
Profesor y Licenciado en Geografía. Magister en Estudios Sociales Agrarios y Doctor en Geografía. Ingresó al Área de Ecología del Instituto del Conurbano de la UNGS en el año 2001. Sus investigaciones se relacionan con el análisis de las políticas públicas de ordenamiento territorial destinadas a preservar el cinturón verde periurbano de producción de alimentos en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Ha ejercido como profesor adjunto a cargo de la materia Introducción a las Ciencias de la Tierra (actual Geografía Física). En el ICO se desempeñó como coordinador de Investigación y Coordinador Académico del Programa de Estudios Urbanos. Fue consejero en el CICO (2010/14) y en el Consejo Superior (2014/18).
El Instituto del Conurbano ocupa un lugar central en la agenda de la Universidad. El nuevo Estatuto establece que su función es estudiar “las problemáticas territoriales, ambientales, socioeconómicas, culturales y de gestión pública, vinculadas con los procesos de urbanización en el conurbano bonaerense y en otros ámbitos de Argentina y de América Latina”. Por lo tanto, el ICO constituye una de las columnas vertebrales del proyecto fundacional de la UNGS, que desde sus inicios se propuso incidir en el territorio noroeste de la segunda corona metropolitana. Desde su puesta en funcionamiento, ha atravesado distintos momentos: una etapa fundacional (gestión Di Pace), en la que se establecieron lineamientos iniciales de investigación y en la que se buscó generar una mística institucional a través de eventos como “Megaciudades”; una segunda etapa de crecimiento (gestiones Chiara, Badía-Catenazzi) en la que los investigadores se profesionalizan en el ejercicio de sus actividades y los estudiantes y los primeros graduados de las carreras comienzan a tener protagonismo y peso político propio; y una tercera etapa de consolidación, la actual (gestiones Soldano y Kohan, siendo este último primero vicerrector y posteriormente director), caracterizada por un importante incremento de la matrícula y estructura de cargos, en la que las energías institucionales estuvieron volcadas fundamentalmente a la promoción de nuevas carreras y actividades de investigación. En el último tiempo se buscó además impulsar una distribución más equitativa de los recursos, a través de una gestión más facilitadora. Cada una de estas etapas no estuvieron disociadas de las transformaciones que fue sufriendo la Universidad en su conjunto.
Recientemente, una evaluación externa llevada a cabo por el MinCyT estableció que el esquema original de investigación y docencia de la UNGS se encuentra tensionado. Los investigadores docentes deben cumplir con diversas tareas, por las cuales son evaluados periódicamente (EPID), en el marco de un considerable aumento de todo tipo de demandas. Asimismo, los equipos técnicos del módulo central así como los de las coordinaciones técnico-administrativas también se encuentran fuertemente demandados.
En este contexto, el Instituto del Conurbano debe replantearse una nueva agenda de investigación, docencia, gestión y servicios con la comunidad. Un nuevo proyecto de investigación que redefina líneas y centre sus estudios en las acuciantes problemáticas que involucran a los habitantes del conurbano (agendas como las de la seguridad ciudadana, la desprotección social, la inseguridad alimentaria, la recurrencia de “catástrofes” ambientales y el déficit habitacional, entre otras, irrumpen con fuerza en la actual coyuntura política neoliberal). Un nuevo proyecto pedagógico que pivotee sobre la experiencia de dictado de la única carrera de profesorado que posee el Instituto, desde la cual debe generarse una oferta de capacitación en docencia para todos los IDs, publicaciones de experiencias específicas y generación de materiales didácticos, así como potenciar la creación de nuevas diplomaturas. Un nuevo proyecto de gestión más democrático que aborde, a través de una conducción colegiada y con un consejo ampliado, la complejidad de temas que surgen en el escenario actual. Un nuevo proyecto vinculado con los servicios que proponga nuevas y distintas formas de vinculación con los actores del territorio. En este punto, resulta fundamental que el personal no docente se adecue a las nuevas demandas emergentes de este nuevo escenario y que nuestros compañeros sientan el respaldo necesario desde la Institución para que contribuyan activamente a la mejora de los procedimientos.
En definitiva, se plantea como necesario recrear el clima fundacional y la mística que involucró al personal del Instituto en sus inicios, pero en el marco de un contexto diferente. Un Instituto en el que cada uno de sus integrantes sienta que su potencial como recurso humano está siendo aprovechado, en beneficio de un proyecto común que apunte a la democratización del conocimiento y a la articulación con la sociedad.
Proyecto ICO