CANDIDATA A RECTORA UNGS.
Licenciada en Ciencias de la Educación y Doctora en Educación, con énfasis en Historia de la Educación y la Pedagogía. Investigadora docente adjunta del Instituto del Desarrollo Humano desde 2003 en el Área Educación. Fue consejera superior por el claustro de profesores del IDH entre 2006/10. Se desempeñó como coordinadora de Formación del IDH (2004/10) y como secretaria Académica de la UNGS (2010/14). Fue electa Rectora de la Universidad para el período 2014/18 y se presenta a la reelección junto con Pablo Bonaldi como Vicerrector. Como Rectora presidió las Comisiones de Asuntos Académicos y de Acreditación del Consejo Interuniversitario Nacional e integró el Comité Ejecutivo de dicho Consejo entre 2015/17. Fue representante del sistema universitario nacional en el Consejo Federal de Educación durante 2016.
Acien años de la Reforma Universitaria, estas elecciones, muestran la voluntad de nuestra Universidad por actualizar y profundizar el legado democratizador del movimiento reformista. En efecto, la elección directa, el incremento de la representación estudiantil, la paridad de representación de profesores y asistentes, la participación del Consejo Social con voz y voto en el Consejo Superior, la ampliación del número de consejerxs que asegura la representación de mayorías y minorías en todos los claustros y la paridad de género, fortalecen la autonomía universitaria a la vez que amplían y democratizan el cogobierno, dos de las principales banderas de la reforma del 18.
En contraposición, a nivel nacional esas banderas retroceden. Se suceden, unas tras otras, resoluciones administrativas y decretos presidenciales que pretenden avanzar sobre decisiones que son privativas del cogobierno, y se han denunciado, por primera vez desde la recuperación de la democracia, ingresos ilegales de fuerzas de seguridad en varias universidades nacionales. Este retroceso tiene lugar en el marco de una campaña mediática y judicial sin precedentes, de desprestigio de las universidades públicas y de la producción de nuestros científicos y académicos, que en el contexto de la implementación de políticas de ajuste brutales, pretende justificar el desfinanciamiento del sistema universitario y del sistema de ciencia y tecnología nacionales. Subejecución presupuestaria, retraso en las transferencias de fondos, cierre de presupuestos por debajo de lo que las UUNN requieren para funcionar, recortes del presupuesto aprobado por Ley, paritarias salariales por debajo de la inflación, paralización del desarrollo de la infraestructura universitaria, achicamiento de los ingresos a la carrera científica, disminución de la cantidad de estudiantes que acceden a los sistemas de becas de estudio y la inexistencia de políticas de expansión, se sostienen en la convicción, pronunciada por el propio Presidente de la Nación, de que las universidades públicas representan nada más que un gasto público excesivo e ineficiente que es necesario recortar.
Frente a estas políticas, desde la UNGS seguiremos levantando las banderas de la universidad pública, autónoma, cogobernada y democrática que plantaron hace cien años los jóvenes reformistas de 1918; seguiremos sosteniendo que es responsabilidad del Estado asegurar la gratuidad de los estudios universitarios para todxs nuestrxs jóvenes, instaurada en 1949; seguiremos defendiendo el principio, declarado en 2008 por todos los países de América Latina, que afirma que la educación superior es un bien público social y un derecho, a la vez individual y colectivo. Seguiremos aportando, en definitiva, a la construcción de un modelo de país y desarrollo que requiere que el sistema universitario y el sistema científico tecnológico sigan produciendo conocimiento, transfiriendo tecnologías, y formando a lxs profesionales que la sociedad requiere, para asegurar igualdad, crecimiento y soberanía. Pero no lo haremos asumiendo, frente a las políticas económicas, sociales y universitarias actuales, una actitud defensiva. No queremos asumir la conducción de la universidad para “resistir” ni para retroceder. Nos proponemos, como lo hicimos los últimos cuatro años, persistir en el sostenimiento de los principios y de las orientaciones que nos hemos dado colectivamente en la UNGS, trabajando para la construcción de una universidad cada vez más sólida, más seria, más visible, más pública, más democrática, más capaz de contribuir a la construcción de una sociedad igualitaria.
El camino recorrido en estos últimos años nos muestra que esto es posible. En un contexto de retroceso de los derechos laborales, en la UNGS se amplió y avanzó en la regularización de la planta no docente y se completó su reencasillamiento; asimismo, se inició, primero con fondos propios y luego con fondos adicionales aprobados luego de más de dos años de negociación, el proceso de reconversión de contratos MAF en cargos docentes de dedicación simple y el reencasillamiento salarial docente, encuadrando definitivamente a todxs los trabajadorxs en sus respectivos CCT; en un contexto de restricción presupuestaria, sostuvimos la política de presupuesto participativo; frente al retroceso de las becas estudiantiles nacionales, en la UNGS se ampliaron; a la par que se modificaba por decreto la Ley de Medios y se favorecía nuevamente la monopolización mediática, inauguramos nuestro canal de televisión y consolidamos nuestra radio; frente al retroceso de las políticas de derechos humanos ampliamos el alcance de nuestros programas y acciones; frente al achicamiento del sistema nacional de ciencia y tecnología, elaboramos y estamos implementando el plan de mejora y fortalecimiento de la investigación como resultado de un proceso que se inició en 2012; frente a la indiferencia del gobierno nacional sobre la desigualdad y violencia de género, creamos y financiamos, entre muchas otras medidas, el Programa de Políticas de Género; frente a políticas de reforma de la educación secundaria que empiezan y terminan en sus anuncios en los medios, creamos una escuela secundaria para lxs chicxs de la zona que está implementando formas innovadoras de asegurar derechos con calidad educativa; en un contexto de retroceso de las políticas culturales públicas, ampliamos nuestras actividades de promoción de la cultura; frente a la retracción de la actividad productiva venimos consolidando nuestras políticas de vinculación y transferencia; en el marco de la paralización del desarrollo de la formación universitaria, sostenemos más diplomaturas gratuitas; frente a las exigencias tecnocráticas de ciertas formas de planeamiento al uso, propusimos la discusión de orientaciones y lineamientos políticos de las distintas áreas. Y además, crecimos. Tenemos más estudiantes, más docentes, más no docentes, más graduadxs, más y mejor infraestructura. Y, por supuesto, en ejercicio de nuestra autonomía y en el marco del cogobierno, revisamos seria y profundamente los principios que nos orientan, lo que hacemos y el modo en que lo hacemos, en un proceso ejemplar de discusión democrática que culminó con la reforma de nuestro Estatuto.
Nos queda mucho por hacer. Completar procesos iniciados: la reforma del CAU, el reencasillamiento docente, el alineamiento de toda nuestra normativa con los CCT y el nuevo Estatuto, el desarrollo de la infraestructura, la discusión de lineamientos políticos de todas las áreas en vistas a renovar las definiciones estratégicas fundacionales. También, entre muchas otras cosas, nos proponemos avanzar decididamente en la internacionalización de la universidad, la consolidación y el desarrollo de los posgrados, la generación de mejores condiciones para asegurar a nuestrxs estudiantes el acceso a sus estudios y para resolver la tensión entre calidad y masividad; también en la vinculación de nuestrxs graduadxs con el mundo del trabajo, en el fortalecimiento de nuestras capacidades de investigación y vinculación, en la profundización del diálogo con los actores del territorio para volver cada vez más pertinentes nuestras agendas investigativas y formativas, siempre persistiendo en poner en discusión los modelos de desarrollo y las políticas públicas que producen desigualdades.
A25 años de la creación de la UNGS, nos orientarán como siempre, sus principios fundacionales, revisados, profundizados y ampliados por nuestro nuevo Estatuto. Y nos respalda una construcción colectiva, cada vez más amplia, que desde todos los claustros y todos los institutos, comparte con nosotros la convicción de que el gobierno universitario es mucho más que la gestión: es un proyecto político y, en tanto tal, colectivo.
Frente por la universidad pública