TELEVISIÓN.

 

Un ciclo de sketches humorísticos bajo una perspectiva de género figura entre los próximos estrenos de UNITV. Con la risa como vehículo, Caja de herramientas propone desnaturalizar situaciones y generar inquietud.

 

Graba el equipo de Caja de herramientas. Impresiones múltiples se viven en el estudio de televisión de la UNGS. Una broma desata carcajadas que en un instante se desvanecen para dar lugar a la más profunda concentración, al debate de puntos de vista, a la reflexión. En ese ida y vuelta de sensaciones, toma forma la nueva propuesta de UNITV, la primera con sketches de ficción, que aborda, desde el humor, la agenda de género.

El desafío está planteado. 32 capítulos, de seis minutos cada uno, que se presentan como un primer acercamiento a temas como patriarcado, machismo, feminismo y sus subtemas: violencia de género, aborto, travestis, transexualidad, ciber acoso, micro machismo, desigualdad económica, entre otros. Una caja con información, con historias para identificarse, inquietarse, desnaturalizar.

Cada capítulo de Caja de herramientas comienza con una primera parte conducida por Agustina Paz Frontera. Es el momento “pedagógico”, en el que se despliega la línea interpretativa. La presentadora introduce los temas, que luego son alimentados por el abordaje humorístico de los sketches, interpretados por artistas de distintas tradiciones: Valeria Lois, Noelia Custodio, Julián Lucero y Martín Kahan. El equipo actoral se completa con María Shaferstein, Antonella Tonizzo y Ricardo Comes, seleccionados en un casting realizado en la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ), casa de estudios que trabaja en el proyecto en coproducción con la UNGS.

Bimbo Godoy, Charo López, María Florencia Alcaraz y Julián Troksberg realizaron los guiones. Tanto la selección de temas, que fueron pensados con María Pia López (una de las impulsaras del movimiento Ni una menos y directora del Centro Cultural de la UNGS), como los libretos son el resultado de un trabajo colectivo y discutido. En diálogo con Noticias UNGS, Gabriel Reches, a cargo de la dirección, se refirió a la dificultad que implica encontrarse con guiones que, si bien fueron revisados en forma exhaustiva, al decirlos no suenan tan bien. Es el riesgo de caer en la imprecisión al intentar aplicar un lenguaje coloquial. “En esa tensión siempre hay como un momento enriquecedor en el que se conversa y llegamos a soluciones que no sé si son las mejores o peores, pero son las genuinas para nosotros”, asegura.

A quién hablarle, cómo, con qué saberes previos, es también parte del desafío. “Intentamos romper con el código elitista, ya que las que somos militantes feministas sabemos que las mujeres más vulneradas están lejos de la Ciudad de Buenos Aires”, recalca Cynthia Castoriano, productora general, para quien el humor es la estrategia: “De los seis minutos, tres son cosas para que te sientas incómodo y te rías, te generen una inquietud porque eso que ves, lo hacés o estás descubriendo que te lo hacen”.

En un universo de sensibilidades a flor de piel, ¿cómo actuar ante las limitaciones? El tema del femicidio, por ejemplo, se decidió tratarlo sin sketch humorístico. En otros casos, se buscó a actores que “actuaran” de sí mismos, como el capítulo sobre transexuales. “Con miedo a ofender, no se puede hacer humor, pero sí hay que hacerlo con la conciencia de qué es lo que se quiere poner en crisis”, dice Reches. Para el director, se encuentran con un montón de limitaciones, empezando por las personales. “Tengo que reconocer cuáles son mis saberes previos pero también mis ignorancias para aportar desde mi lugar”, reconoce. Valeria Lois da cuenta también de ese cúmulo de aprendizajes y reflexiones internas que genera trabajar en una propuesta de este tipo: “A medida que pasan las grabaciones, me doy cuenta que todos también nos estamos pensando y lo llevamos a nuestras casas y a nuestros amigos”.

Lucero, que formó parte de Cualca! junto a Charo López, reconoce al igual que Reches su ignorancia sobre algunos temas feministas y opina que si bien el humor sirve como herramienta, los cambios no son inmediatos. “Chaplin haciendo un monólogo de Hitler no hizo que haya menos muertos”, ejemplifica, categórico, aunque rescata el movimiento de los últimos años que por lo menos inhabilitó que cualquiera salga a decir cualquier cosa. “Obviamente en seis minutos no se puede profundizar pero sí generar una inquietud, sembrar una semilla o seguir regando la semilla que ya comenzó a crecer”, opina por su parte Castoriano.

Con el humor como anzuelo, la caja estará ahí, disponible, buscando cosquilleos, preguntas, dudas. Un aporte más para que siga creciendo el árbol de la lucha feminista.

 

Analia Fasoletti

 

En busca de mixturas  (Sobre La caja de negra)