COLECCIÓN HUMANIDADES.
Fantasmas de la revolución. Diez ensayos sartreanos. Leonardo Eiff. Ediciones UNGS. Colección Humanidades. Los Polvorines, 2020.
En este mismo número especial de Noticias UNGS puede leerse la reseña de Ana Grondona del libro de Diego Giller Espectros dependentistas, cuyo título es imposible no poner en relación con el de este nuevo aporte de Leonardo Eiff (tras su Filosofía y política existencial, de 2013, y su Merleau-Ponty, filósofo de lo político, de 2014, ambos en esta misma colección de “Humanidades” de Ediciones UNGS) a nuestra comprensión de la presencia de las figuras mayores de la gran filosofía francesa de mediados del siglo pasado en nuestros debates de entonces y de ahora. En efecto, si por un lado las imágenes de ambos títulos revelan la fuerza que sigue teniendo entre nosotros el libro que en 1993 publicó Jacques Derrida sobre el tema de los espectros en la obra de Marx, y sobre la propia obra de Marx como un espectro, por el otro nos indican el interés que tiene para nuestro pensamiento actual sobre la sociedad y sobre la política revisar las relaciones con su propio pasado.
Unas relaciones que no son nunca de continuidad, sino que suponen siempre un abismo, y por eso mismo una pregunta: la pregunta por cómo escuchar hoy los ecos de lo que se dijo ayer. En este libro (que no es, dice Eiff, sobre Sartre, sino sobre la Argentina, que es decir, también, sobre el fracaso del proyecto de una revolución que la lectura de la obra de Sartre contribuyó, sin duda entre otras cosas, a volver pensable), el propósito es “amplificar la escucha” de esa obra sumando a lo que hoy nos llega de ella las ideas, las escrituras y las militancias de sus interlocutores y lectores de entonces y los modos en los que ellas se prolongan en el pensamiento político que llega hasta nosotros. Para eso, Eiff empieza por presentar el pensamiento de Sartre, sus escaramuzas con el marxismo y sus relaciones con el comunismo francés, y declara de entrada los dos nombres entre los que sitúa su propia forma de explorar su influencia y su legado: el de Horacio González y el de José Sazbón.
Con esa doble inspiración, Eiff estudia a lo largo de su libro el paradójico desprecio del maoísta Carlos Astrada por el maoísta Sartre, comenta el encuentro cubano de Sartre con Ezequiel Martínez Estrada, analiza la difícil relación entre Sartre y Franz Fanon (Cuba y Argelia: el Tercer Mundo, dice Eiff, fue la “cuestión meridional” de Sartre), piensa el lugar de Sartre en la evolución intelectual de Oscar Masotta y el de Masotta en la lectura argentina de Sartre, distingue entre el sartrismo de Carlos Correas y el de Eduardo Grüner sin hacer del primero apenas un sartreano “genetiano” ni del segundo solo un heredero del sartrismo “marxista” de David Viñas, dialoga con los Diarios de Ricardo Piglia y vuelve a Sartre para pensar su relación con la literatura y con la revolución, con la vanguardia y con la moral, con Italia y con Rusia. Termino esa reseña con esta palabra, Rusia, que nombra los actuales afanes del lector Eiff y el tema, supongo, del próximo libro que nos entregue.
Eduardo Rinesi