COLECCIÓN COMUNICACIÓN, ARTES Y CULTURA.

 

Pensadoras de la comunicación argentina. Margarita Graziano, Aníbal Ford, Héctor Schmucler. Guillermo Mastrini, María Graciela Rodríguez y Mariano Zarowsky Ediciones UNGS. Colección Comunicación, artes y culturas. Serie Pensadores de la Comunicación. Los Polvorines, 2020.

 

El libro de Mastrini, Rodríguez y Zarowsky propone un recorrido intenso sobre los legados de Margarita Graziano, Aníbal Ford y Héctor Schmucler, inseparables de las biografías militantes, profesionales, teóricas y prácticas de estas tres piezas cardinales de los estudios de comunicación en la Argentina. Se advierte en sus páginas un desvelo, no exento de audacia, por comprender la trama política y cultural en la que estas búsquedas se desarrollaban, lanzadas hacia un horizonte otro, hacia un nuevo tejido de lo político, lo social y lo cultural.

El legado de Graziano, formadora de formadores, que Mastrini reconstruye con agudeza, recoge un aspecto clave de su biografía: su consideración de los medios –ya en esos años tempranos– como un factor de poder económico, sin eludir la exigencia de abordarlos también desde el análisis semiológico. Rigor académico, frontalidad de combatiente, militancia consecuente e intervención política se conjugaban como expresión viva de una tensión constructiva y trascendente. El recorrido de Rodríguez por la trayectoria de Ford nos muestra la exploración minuciosa de los vínculos entre cultura y economía política de los medios que llevó adelante ese “navegante de los intersticios”, un escritor orillero que, desde esa marginalidad militante, encontró la original definición de la globalización menos como una aldea global que como un conventillo global. Un modo de nombrar que retumba con un énfasis renovado en este momento de la escena contemporánea. Por último, ¿cómo afrontar el legado de “Toto” Schmucler? Cómo hurgar en los pliegues estremecedores de una biografía que no deja de sacudirnos? ¿Cómo tocar su fibra polémica sin sentirnos una vez más interpelados por la infinita agudeza de su mirada, que echa, y seguirá echando, luces sobre nuestras conciencias? La escritura, la praxis editorialista, la militancia, el marxismo, la semiología francesa, sus intereses diversos –pero no dispersos– tejían el lienzo fundamental en el que la comunicación, la cultura popular y la democracia (ese tema que sigue acechando) trazaban enunciados sustanciales para ponerlos cabeza abajo y volverlos a pensar. Ese desafío es el que honra Zarowsky en su indagación en la carrera de Héctor “Toto” Schmucler.

La creación de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA aglutinó a intelectuales que provenían de campos disciplinares diferentes y acabaron por dar vida a un auténtico hito para la constitución e institucionalización del campo de estudios en el país. Hicieron escuela y abrieron senderos teóricos. Fueron navegantes que no siempre respondieron a cuadernos de bitácora que, en todo caso, recién se estaban comenzando a escribir, y que hacían foco en las orillas de los medios, de las culturas populares y de la(s) crisis. 

Carlos Zelarayán