ENTREVISTA.
Libros de muy distintos géneros, tipos y disciplinas integran el conjunto de novedades con las que la UNGS se prepara para una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en abril y mayo próximos. Entre ellos se destaca una nueva colección dedicada a traducciones argentinas actuales de grandes textos de la literatura universal, sobre la que Noticias UNGS conversó con la investigadora docente Laura Kornfeld, que está al frente de la iniciativa. Por cierto, Kornfeld es también directora del Museo de la Lengua de la Universidad, que acaba de editar, en su colección “Cuadernos de la Lengua”, una reciente investigación de Denis Merklen a la que se da comentario, también, en estas páginas. Lo mismo se hace con varios otros libros sobre algunas de las muy diversos cuestiones que se investigan y se enseñan en la Universidad.
Clásicos con sabor rioplatense
Hamlet, de William Shakespeare, Jekyll y Hyde, de Robert Louis Stevenson, y La metamorfosis, de Franz Kafka, son los tres títulos iniciales con los que se echa a rodar la nueva colección “Traducciones Literarias Argentinas”, la primera iniciativa editorial de la UNGS en este año 2017. Dirigida por la investigadora docente del Instituto del Desarrollo Humano de la Universidad Laura Kornfeld, la colección se propone ofrecer grandes textos clásicos de la literatura universal en versiones en las que puedan leerse los usos actuales de la lengua castellana en el Río de la Plata.
“El proyecto nació en el Museo de la Lengua de la Universidad”, recuerda Kornfeld, su directora. “Allí entendemos al español como una lengua que muta según el país, la provincia y región. Se trata de una lengua con distintas variedades simbólicas, políticas y económicas. Se extiende por un montón de naciones y de regiones, pero en cada una de ellas se habla un español distinto: no es el mismo el de Corrientes que el de Jujuy, el de Córdoba o el de Buenos Aires”, explica la investigadora.
Los clásicos de la literatura universal (Edgar Allan Poe, Fiodor Dostoievski, o los tres con los que principia esta nueva colección de las ediciones de la UNGS) siempre ocuparon un lugar en las bibliotecas de las familias, las escuelas y las universidades, y cumplieron un papel decisivo en la formación de las nuevas generaciones de lectores. En ese camino formativo, que atraviesa diferentes momentos en la niñez, la adolescencia y la vida adulta, el trabajo del traductor es fundamental: opera como una puerta de entrada a los libros, a los que tiene el doble compromiso de respetar en su aliento original y de acercar a la idosincracia del lector.
“Para la Universidad es muy relevante editar estas traducciones de estos clásicos”, remarca Kornfeld. La especialista explica que la colección no solo busca acercarse a un público que puede conocer o no estas grandes obras (estudiantes de escuelas secundarias y del Profesorado Universitario de Lengua y Literatura de la propia Universidad, entre muchos otros), sino que quiere poner en juego y exponer otra manera de traducirlos y otra política de la traducción.
En efecto, en materia de traducciones, explica Kornfeld, “existen jerarquías que se establecieron a partir de las versiones hechas en España y en México, que son países que, a la inversa, no consumen traducciones argentinas. Pero pese a las asimetrías y a la preeminencia de las versiones del español peninsular, Argentina siempre fue una fuente de traducciones muy potentes. Por lo general, en nuestro país los traductores son a la vez buenos escritores y buenos conocedores de la lengua extranjera” –dijo–, “lo cual les permite llevar a cabo con muy buenos resultados el trabajo siempre preciso y cuidadoso de la traducción”.
Sobre la vigencia de los tres fundamentales autores de los primeros libros de esta nueva colección, Kornfeld observó que “se trata de escritores con una distancia temporal con respecto al presente. Los vuelve clásicos el modo en que lograron contar algo de lo excepcional, de lo fuera de lo común, que se ubica más allá del tiempo, y también su fuerte compromiso con la lengua. El traductor tiene que saber “escuchar” el texto de origen y hacerlo llegar a un lector que lo recibirá en el interior de otro sistema lingüístico, con otras estructuras gramaticales y sintácticas”.
Y allí estamos siempre en el campo de la decisión, frente a decisiones. “En mis clases de Lenguaje, comunicación y cultura escrita del Profesorado Universitario en Lengua y Literatura”, dice Kornfeld, “nos dedicamos a comparar cuatro traducciones de un fragmento, del mismo fragmento, de Hamlet, para que los estudiantes puedan apreciar que en el quehacer de traducir ese fragmento de un modo o de otro existen decisiones, se toman decisiones que impactan después en la manera en la que el lector lo lee”.
Le preguntamos a Kornfeld si los clásicos pueden transformarse en una llave de acceso a la lectura entre los más jóvenes. “Definitivamente”, respondió la especialista en Letras de la UNGS, quien subrayó que también por este motivo la cuestión de la traducción es decisiva: “Como lectores somos más sensibles a ciertas variedades del español que a otras, y la cuestión de en cuál de ellas se traduce un texto clásico no es trivial.”
Yanina Fuggetta
Leer más:
Arte y política de la traducción. Hamlet.
La traducción y el tema del doble. El Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Correas traductor. La metamorfosis.