RUINAS. UNITV.

 

UNITV presenta Ruinas, diálogos sudakas desde el fracaso, un nuevo ciclo conducido por la activista trans Marlene Wayar. Noticias UNGS conversó con Marlene sobre esta nueva propuesta del canal de televisión de la Universidad, pensada desde la necesidad de reconocer el fracaso de una sociedad plagada de violencias, discriminación, hipocresías, miserias y contaminación como punto de partida para la reconstrucción de unas convivencias más inclusivas y respetuosas con las disidencias.

 

–¿Por qué Ruinas, diálogos sudakas desde el fracaso?

–Estamos en las ruinas de una sociedad que no hace más que producir basura. La gente vive en condiciones de indignidad, sin vivienda, se tapa con basura, come de la basura, a tal punto que privatizan la basura. Pero seguimos negando tanta obviedad. Con el programa queremos marcar esto: ya estamos en una distopía. Las sociedades son distópicas, dejemos de ilusionarnos con que esto va a ser peor (es posible que así sea): tenemos que enfrentar la realidad ruinosa en la que estamos. Proponemos un diálogo porque también la comunicación está en ese estado ruinoso: nos abarrotan de mentiras, toda esa cuestión de la posverdad… El desafío es cómo hacer dialogar a estas realidades. Entendemos que es a través de la palabra, mirándonos a los ojos, haciendo una comunicación horizontal, que no sólo sea emitir mensajes sino poder escucharnos. Con una profunda receptividad y una conciencia clara, sabiendo que algunas cosas nos van a provocar empatía y otras nos demandarán un mayor esfuerzo. Solidarizarnos. Solidarizarnos para emprender luchas en contra de la hegemonía, por la democratización de los espacios públicos, de los accesos a la educación, a la alimentación, al trabajo, a todo lo que tiene que ver con los recursos materiales que posibilitan el desarrollo. Estos diálogos, construidos desde el fracaso, son sudakas, están en nuestros contextos: nosotras hablamos desde Latinoamérica. Más puntualmente: desde Buenos Aires. Con la conciencia de no estar en “La Buenos Aires” que es “norte” y gay friendly, en la que si tenés una tarjeta de crédito, trabajo y ciertos privilegios sos tan “norte” como alguien privilegiado en Estados Unidos, en Alemania o en Budapest. Lo ideológico político ya no es tan geográfico, depende de cada contexto, hay “nortes” ideológico políticos y hay “sures” ideológico políticos. Nosotras nos encontramos en Latinoamérica, este es nuestro territorio, claramente sudaka. Pero además, dentro de estos territorios sudakas, nosotras tenemos una posición de “sures” ideológico políticos. Nosotras somos pobres, migrantes, racializadas, marginadas por nuestra identidad de género, segregadas, discriminadas, violentadas institucionalmente. Esta gran idea universal e idealizada de la evolución humana y del progreso, esta idea tan ficcional que tiene de sí misma la humanidad, nosotras –las travestis– la presentamos como un fracaso. Tienen paradigmas como el “no matarás”, y matar es una industria en las sociedades actuales. Es uno de los mejores negocios junto con la prostitución y el tráfico de drogas. La muerte se sucede de manera industrial, minuto a minuto, por cuestiones de género, de sexo. Esas son más brutales, pero también por pobreza, por etnia, religión, nacionalidad. Estamos frente a la expresión misma de nuestro absoluto fracaso como animal en este planeta. El hombre es antropófago, nos comemos a nosotros mismos. Estamos en la cima en la cadena alimenticia, somos nuestros propios predadores. Admitamos el fracaso y sobre ello podremos reconstruirnos, desde las ruinas del actual mundo patriarcal, capitalista, eurocéntrico, androcéntrico, teocéntrico.

 

–¿El programa permite o se propone trascender la perspectiva de género?

–Sí, intentamos casi no aludir a la cuestión. Son diálogos con personas que no reproducen los discursos hegemónicos de las organizaciones LGBTTTIQ, organizaciones financiadas por el poder y sometidas a sostener esta idea del pinkwashing, de lavarle la cara al sistema diciendo “ay, que diversas que somos”: hay un diputado gay, una periodista lesbiana… Nosotras no estamos en ese tipo de corrección política, proponemos acercarnos a experiencias concretas vividas más allá (o más acá) de la General Paz. Dialogamos con personas de las disidencias sexogenéricas sobre cosas generales que nos afectan y cuestiones puntuales que las afectan a ellas. Ver cuáles son las agendas de los diferentes territorios, los puntos que nos unen, y ver en las experiencias concretas qué es lo que cobra relevancia y qué tiene que ver con esto del permanente proceso de las relaciones genocidas en los Estados nación. Nosotras, como comunidad travesti, estamos expuestas a un genocidio, tenemos como promedio de vida 32 años, lo que demuestra un sistema absolutamente exitoso en las maneras de matar: nos exponen a la migrancia, somos expulsadas de nuestros hogares, somos expulsadas de nuestros pueblos y ciudades, sufrimos persecuciones sistemáticas desde el Estado. De niñas, entre los 8 y los 13 años, nos someten a la prostitución como forma de sobrevivir. Y a los 18 nos penalizan, pero mientras tanto se da la explotación, el abuso, el contagio de enfermedades, la imposibilidad de una buena alimentación… Se nos somete a jornadas extenuantes, se nos limita a tener ciertos horarios para transitar ciertos lugares. Es un apartheid, somos asesinadas por el Estado, morimos en situaciones carcelarias, se nos cobran coimas, se nos saca el dinero… padecemos todas y cada una de las categorías que la Corte Penal Internacional tipifica como genocidio, como crímenes de lesa humanidad. Es un Estado atacando sistemáticamente a un grupo particular. Pero nosotras no estamos muy bien catalogadas en la agenda emocional de los países, de nuestro Estado menos, y de nuestra sociedad tampoco. Nadie llora nuestras muertes.

 

–¿Cómo se expresan en el programa de UNITV las “urgencias” que viven las travestis hoy?

–Las urgencias van surgiendo. Ruinas… es también un show periodístico: debe generar cierta tensión, entre una patada “a los bajos” y un golpe emotivo. Tratamos de mostrar mucha belleza, humor y alegría, a pesar de todo, para provocar la empatía. Buscamos construir un lazo, un puente empático y solidario con la audiencia, para que nos conozcamos, nos miremos a los ojos, que escuchen la honestidad de nuestras voces, su legitimidad, y podamos construir, contra la idea de otredad, una nostredad. Somos travestis pero también somos hijas, primas, hermanas, nueras, suegras, vecinas. No queremos posicionarnos en un lugar de absoluto victimismo sino mostrarnos en nuestros aspectos más bellos, y con otras lógicas comunicacionales que tienen que ver con sostener el diálogo. El diálogo propone otros tiempos, otras texturas de la voz… no estamos apuradas, no queremos luchar por el rating, no vamos a pegar gritos como cualquiera de los presentadores o las presentadoras de la televisión de hoy. Hacemos un esfuerzo por construir otra comunicación y otros lazos, que construyan una nostredad, a pesar de las diferencias que existen. A pesar de ser diferentes podemos trabajar de manera amorosa, mancomunada, por un mundo que permita a cada una de las experiencias emotivas corporales, espirituales, intelectuales, físicas, materiales coexistir en la construcción del amor.

 

Brenda Liener

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