DURANTE LA VISITA DE ROUSSEFF.

La presidenta Dilma Rousseff, desalojada de su cargo por un “golpe blando” que tuvo su escenario en el parlamento de su país, estuvo en Bueno Aires, recibió el título de Visitante Ilustre de la UNGS (ver página 2) y ofreció una charla magistral en la que manifestó su preocupación por la detención de la dirigente social Milagro Sala, ponderó el trabajo del colectivo “Ni una menos” y trazó un completo panorama de la situación económica, política y social de toda la región. Antes de eso se desarrolló un panel integrado por cuatro mujeres latinoamericanas de distintas generaciones y con diversos recorridos profesionales, académicos y militantes.

Bajo la coordinación de la secretaria académica de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo Laura Sirotzky y de la directora académica del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Fernanda Saforcada, cuatro mujeres de distintas procedencias, actividades y compromisos inauguraron la jornada que coronó la conferencia magistral que dictó la presidenta Dilma Rousseff en Buenos Aires. La rectora de la UNGS Gabriela Diker, la directora del Instituto “Lula” de Brasil Clara Ant, la diputada chilena por las Juventudes Comunistas Camila Vallejo y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela De Carlotto disertaron sobre democracia y políticas educativas en América Latina.

La rectora Diker subrayó la estrecha relación que existe entre universidad y democracia: “no hay universidades sin democracia ni democracia sin universidades”, dijo, y agregó que la democracia reclama la distribución del conocimiento y el desarrollo del pensamiento crítico. La derecha lo sabe –destacó–: “La derecha sabe del lugar y del papel de las universidades, y por eso avanza contra ellas”. Y se dirigió hacia la presidenta Rousseff: “Le decimos a Dilma que cuenta con los universitarios argentinos; su lucha y la del pueblo brasileño es la misma lucha que la de los universitarios argentinos y que la de toda América Latina”.

Ant destacó las “conquistas alcanzadas” durante los gobiernos de Lula Da Silva y Rousseff, y explicó que son ellas “los motivos por los que sacaron a Dilma y persiguen a Lula”. Vallejo, cuya militancia fue reconocida por todas las integrantes de la mesa, hizo foco en la cuestión generacional, pero para señalar que no había que fragmentar, sino que articular, las distintas batallas que están en marcha en la región: “Estoy convencida que las luchas que damos los jóvenes no son solo luchas etarias: tiene que haber articulación entre los distintos sectores y luchas, entre estudiantes y trabajadores”, opinó. Carlotto emocionó al auditorio con el testimonio de su vida y de su lucha.

La Abuela de Plaza de Mayo aprovechó la oportunidad para manifestar su apoyo al reclamo que por esos días llevaban adelante los científicos del CONICET contra los recortes presupuestarios y los despidos impulsados desde el Gobierno nacional. “Hoy nos tenemos que juntar, igual que hicimos las Abuelas cuando nos quitaron nuestros hijos”, dijo, y advirtió que “si somos indiferentes a los embates a la democracia, eso lo pagan las generaciones más jóvenes”. Muy lejos de la desesperanza, Carlotto llamó a continuar la lucha, y recibió un aplauso generalizado cuando sostuvo: “andamos con bastón porque nunca nos arrodillamos”.

Después de la mesa redonda, y antes de la conferencia de Rousseff, integrantes del colectivo “Ni una menos” participaron del homenaje a la visitante. La periodista Mariana Carbajal le entregó una fotografía del paro de mujeres del 19 de octubre, y la directora del Centro Cultural de la UNGS María Pia López leyó un texto en el que el colectivo repudia el golpe en el Brasil, destaca que “las políticas del neoliberalismo se escriben con violencia en el cuerpo de las mujeres” y advierte que “la restauración conservadora mundial tiene entre sus objetivos volver a disciplinarnos, reponer mandos y jerarquías, que nos dejemos explotar con mansedumbre”.

El documento leído por López invita a rebelarse “contra esa violenta pedagogía”, y fue retomado por Rousseff en el inicio de su exposición: “Agradezco la mención de los derechos de la mujer. El ‘Ni una menos’ es una manifestación clara de una lucha que es la de todas las mujeres de América Latina”, dijo, para enseguida celebrar la decisión de los organizadores de la actividad de dejar en la primera fila del auditorio una silla vacía con el nombre de Milagro Sala, fundadora de la organización barrial Tupac Amaru y diputada del Parlasur, detenida desde el 16 de enero de 2016 tras encabezar un acampe de protesta frente a la gobernación jujeña.